martes, marzo 03, 2009

Conviviendo

Cuando uno recién se muda con su significant other, poco importa si fue una gran boda, un matrimonio sencillo o simplemente decidieron convivir, la euforia inicial comienza a desvanecerse ante pequeños descubrimientos de las costumbres del otr@

Historias de terror desde tapas del excusado no levantadas, pastas de dientes apachurradas por la mitad, jabón lleno de pelo, shampoo destapado, etc. En mi caso estuvo bastante leve la adaptación. Creo que el desacuerdo más fuerte fue en ¿cómo se tiende una cama? en mi familia la sábana superior se pone en "el derecho" hacia abajo, es decir para que cuando una se meta a la cama esté entre 2 "derechos". Para mi esposo en cambio la sábana se debía poner con "el derecho" hacia arriba (y cuando doblabas la parte superior de la misma sobre las cobijas se ve horrible :P), al final ganó la razón y mi cama se tiende como deje ser jijiji

Cosas como si se apachurran los botes de jugo y leche o no, cómo se tira el aceite, la manera de acomodar la despensa pueden general auténticas batallas campales si ninguno de los integrantes de la pareja quieren ceder. Creo que lo importante es analizar en qué de plano no estamos dispuestos a ceder (las sábanas) y en que realmente no nos importa (cómo arregle su cocina es su asunto, yo ni me meto xD) y basándonos en eso negociar.

Pasada la primera etapa de adaptación una se siente que conoce perfectamente a su pareja, que ya nada nos puede sorprender y la vida se torna más rutinaria, sin grandes pleitos por dónde poner el reloj de la abuela una se enfoca a ir viviendo sin prestar tanta atención al entorno.

Pero dentro de nuestra rutina hay cosillas que a veces nos intrigan, encontrar el tapete del baño inundado después de que áquel se baña nos hace pensar que "la bardita" de la regadera tiene una fuga por donde se escapa el agua y nos orilla a pararnos en un frío y húmedo pedazo de tela, hasta que una mañana más de 3 años después de haberte mudado con áquel de pronto descubres que el angelito cuando abre la regadera deja la cortina abierta de par en par en lo que se calienta el agua para meterse a bañar mojando todo el pequeño baño. 

14 comentarios:

jess dijo...

Si yo no soporto el fin de semana en el que mi hermano llega de la Universidad y hace un verdadero desmadre en el baño... pfffff.....

Catherine Zeta dice que el éxito de su matrimonio reside en que cada uno tiene su propio baño.

Yo creo que podría compartir casi todo, menos el baño.

Saludos Alletta!

Alletta dijo...

jess: que moje el tapete del baño me hace sentir como en casa... cuando era soltera y vivía en casa de mis papás sufría eso cada mañana si no le ganaba la ducha a mi hermana xD

marichuy dijo...

Alletta

¿Dónde habré visto esto?, jeje

Ni hablar, a eso llamo yo verdaderas hisotrias de terror.

Saludos

Kix dijo...

Y la suma de todas esas pequeñas cosas de pronto te dejan en un estado tal, que el simple hecho de ver un cajón que se dejó abierto puede desencadenar una hecatombe!!!

Ah, qué feliz soy viviendo sola! Bueno, con mi chamaca...

Bernardo Felipe Martínez Meave dijo...

Razón mas que suficiente para mandar al susodich@ a freir esparragos (por no decir a la chingada) y buscarse uno nuevo al que buscarle "detallitos" para hacer otra hecatombe como dice la Kix (¡y que no sea ingeniero por favor!)

Jo dijo...

jeje mi querida alletta tu a veces serias un buen manual de convivencia..

te imagino frente a mi diciendo "mirate en este espejo" abusada! jajaja

besos

AndreaLP dijo...

Tienes el teclado lleno de razón! La convivencia puede resultar en continuos dolores de cabeza si ninguno de los dos está dispuesto a ceder o aceptar las reglas del otro.

En las mañanas que mi marido entra al baño antes que yo sólo le digo "Papito, déjalo como estaba" y él "Pero yo..." -"Que lo dejes como estaba, carajo!!!" Fin de la discusión. Jajaja.

¡Y lo de las sábanas fue igualito a tu caso!

Saludos, Alletta.

Juan de Lobos dijo...

Es extraño, una semana después de convivir nuevamente con el Lobito y su Mamá, me quedo con una tristeza inmensa, si hasta eso y nos llevábamos bien, pero siempre hay un pero. Creo que no nos tuvimos la paciencia ni la comunicación necesaria.
Al final de cuentas la historia es lo que es.
Ahora ya estoy acostumbrado a estar solo y no me molesta el compartir.
Aullidos de martes para ti.

Anónimo dijo...

Por fin mandaste al viejito castroso al aver..no? no lo leo y me alegro nada mas se fué y ya te leemos.
¿conviviendo se aprende a desactivar a la gente? Como que uno anda respirando mejor sin pezados como ese

Workaholica dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Workaholica dijo...

Oye Alletta :

Nada más vengo a amarrar navajas.... jajajaja....

Por qué no le preguntas al Diablejo.... qué estudió... y para ponerle más enjundia : en dónde ...

Y si no te contesta... pregúntale a Kix.....

JAJAJAJA

Defeña Salerosa dijo...

Yo también tiendo mi cama así...omos muy quisquillosos en la familia, onda Bree Vandecamp *la de esposas desesperadas*...

Je, yo me imagino q si alguuuuún día paso por esas situaciones, va a estar complicado si él no es un chico ordenado.

Aunque como bien nos narras, uno nunca termina de conocer al otro...

Alletta dijo...

marichuy: de esas historias está formada la vida xD

kix: no me espantes kix, no me espantes...

abraxas: haciendo caso a W, tú que eres y donde estudiaste? y bueno no nos mandamos al diablo, más de 3 años y no nos hemos matado... aún....

jolie: no creo ser manual de convivencia, más bien soy chillona azotada xD

andrea: y a ti también te acusó con su mamá por como se ponen las sábanas?

lobito: es que no es lo mismo una semana que una vida. Cuando sabemos que es temporal le echamos más ganas, cedemos pues es por una semana, pero cuando ya es tú casa (y su casa) pues las cosas se ponen más densas.. en fin es parte de la diversión

anónimo: qué falta te hace no? y no yo no he corrido a nadie

w: jejeje entendido y anotado...

defeña: yo soy bastante desordenada, pero digamos que hay detalles que si son imperdonables.. no me gustan las sábanas rasposas

Planeación y Organización de Empresas Editoriales dijo...

bueno, tarde pero llegué!!! En mi caso cuando convivimos con la susodicha no teníamos grandes broncas en ese sentido... creo que el espectro de tolerancia era muy amplio... las tareas de la casa las dividíamos y eso sí, yo no sé cocinar y a ella no le gustaba lavar, entonces hacíamos los acuerdos pertinentes para ello... el chiste es como tú mencionas, negociar y saber hasta dónde uno puede y debe ceder :) Tschüss