jueves, febrero 24, 2011

De aire, agua, fuentes y sueños

"Cuando te dije que pensaba que eras el hombre de mis sueños 
no me refería a que protagonizaras mis pesadillas..." 

Hace meses estoy intentando escribir una especie de cuento, la frase con que inicio este post se encuentra apilada en un block de notas junto a otras que planeo utilizar en algún momento del mismo. Como lo más seguro es que ese cuento nunca vea la luz, y esa frase me gusta tanto, la rescato para el blag, ahora que he estado escribiendo tanto de sueños y pesadillas.

Pocas cosas me alteran tanto como los sueños recurrentes, pensé que estaban enterrados en el pasado, que ya no volvería a soñar una y otra vez con las mismas cosas, pero me equivoque. 

De puberta soñaba de forma obsesiva con caer el vacío cuando fallaba mi cuerda de rappel. Unos años después mi sueño recurrente era empezar a girar sobre mi eje hasta comenzar a flotar y la desesperación de no poder volver al piso, tratar de tranquilizarme y mediante respiraciones descender, para en el momento de 'hacer tierra' salir de nuevo dispara hacia el techo como pelota de playa.

Siempre he tenido una fijación con el viento, con el aire. Mis pesadillas recurrentes también tenían que ver con aire, con vacío, con volar/flotar. De algún modo aprendí a lidiar con eso y al paso del tiempo esos sueños se fueron haciendo cada vez menos comunes.

Pero ahora una nueva familia de pesadillas me ha agarrado de bajada, hoy los ambientes no son de aire, ya no es el viento mi cómplice, mi amigo/villano. Estos días quien me atormenta durante el sueño es el agua, me envuelve, me ahoga, me impide moverme.

Estoy en un parque, parada frente a una gran fuente, me acerco a la orilla y veo un calendario flotando. El calendario está medio deshojado, sé que las fechas que se ven son significativas por alguna razón pero al despertar no recuerdo que fechas son. Me acerco a la orilla, pienso que los papeles en el agua le dan una imagen horrible y decido entrar vestida en la fuente para sacarlos. Entonces el agua comienza a subir de nivel hasta cubrirme casi por completo, las hojas del calendario se me pegan en la cara y no me dejan respirar, incluso puedo sentir que las hojas, como si de mil manos se trataran, me empujan hacia abajo. No puedo gritar, no puedo ver, no puedo respirar. Todo se pone en blanco, siento un dolor en el pecho y despierto agitada y asustada.

No importa si es el sueño nocturno o una ligera siesta a media tarde, la pesadilla regresa una y otra vez, cada vez más frecuentemente, cada vez más aterradora. Hay veces que postergo la hora de dormir por el miedo que me da volver a soñar con esa fuente. Supongo que tendré que buscar una fuente parecida a la de mi sueño y meterme en ella para demostrarme que las fuentes no pueden lastimarme. 


Lo gracioso del asunto es que amo las fuentes y me niego a que un triste sueño me arrebate ese gusto.

martes, febrero 22, 2011

¿Pensar o creer?

Lo maravilloso de los seres humanos es su complejidad, sus matices, sus detalles. No hay personas 100% buenas y personas 100% malas, todos tenemos una combinación de bondad/maldad.

Querer ver el mundo en blanco y negro, en buenos contra malos, es una pendejada tremenda. Creerte que tú eres de los 'buenos' y que todo aquel que en algún tema tenga una opinión contraria a la tuya es de los 'malos' y debe ser destruído pues ni se diga.

Siempre he pensado que lo que más me enriquece como persona es tener discusiones o debates con quienes piensan distinto que yo. Esos que me obligan a cuestionar mis creencias una y otra vez, a ajustarlas, a mejorarlas.

Al final no se trata de que el otro termine pensando justo como una, sino buscar puntos en común, señalar debilidades en los argumentos del otro, aceptar fallas en nuestras ideas y comprender un poco mejor la complejidad en la que vivimos.

Tener creencias tan firmes que ni las evidencias puedan derrumbar no es una virtud, es fanatismo, necedad, estupidez y clara señal de que has dejado de usar tu cerebro para pensar. Todo en esta vida es cuestionable.

Si quieres en verdad aprovechar un debate o discusión deja tus dogmas guardados y lánzate a dudar hasta de tu propia existencia, al final saldrás fortalecido. 

No importa si eres de derecha, izquierda, liberal, conservador, hombre, mujer, rico, pobre, alto, bajo, creyente, ateo, homosexual, heterosexual... si CREES y ya no PIENSAS eres un imbécil, lamentablemente la estupidez no distingue raza, condición social, estado civil, sexo, credo, ideología, preferencia sexual o edad.

Si dentro de tus ideas hay alguna equivocada aceptarlo no te hace menos, al contrario, no hay que tener miedo a parecer débil por aceptarlo. Incluso hay veces que no es que haya una idea correcta ni una incorrecta, que son sólo distintos enfoques, conocerlos y aceptarlos nos ayuda a crear lazos y puentes con quienes a primera vista parecían rivales. Y así es como se construye, aceptando y entendiendo al otro, esforzándonos por encontrar la coincidencia, discutiendo fondos y no formas.

Dejemos el chisme de lavadero a un lado, busquemos discutir de las cosas que importan, no perdamos tiempo y energía en darle vueltas a declaraciones escandalosas que nada aportan cuando en el mismo lugar se tratan temas más trascendentes.

Como siempre, cada quien es libre de hacer con su vida lo que quiera, pero si conmigo llega uno de esos descerebrados lo voy a tratar como el pendejo que es.

Yo aplico lo que me gusta llamar "La ley del espejo", si llegas con argumentos y discusión respetuosa obtienes argumentos y discusión respetuosa, si llegas con insultos y sin argumentos obtienes burla y toda la lástima que soy capaz de sentir por alguien que no ocupa su cerebro. Es simple.

jueves, febrero 17, 2011

Bosque, noche, belleza e historia.

No me importa lo que piense la gente, para mi Chapultepec es y será siempre un lugar que amo profundamente, pienso que es hermoso y adoro perderme entre sus árboles, fuentes y monumentos.

Hace muchos años de la mano de un gran amor conocí mis rincones favoritos. Se destaca la Fuente de las Ranas, no puedo pasar por ahí, o siquiera recordarla sin que un delicioso estremecimiento recorra mi cuerpo. Desde entonces y hasta hoy, Chapultepec es celoso guardián de una parte de mis memorias más amadas.

Recuerdo también al galancillo alemán a quien le mostré las maravillas que esconde el bosque tras sus rejas. Su cara viendo las fuentes era un poema. Puedo decir con orgullo que su mirada irradiaba más pasión  hacia la Fuente de la Templanza que  hacia mi. Esas tardes turisteando por el bosque, verlo embobado en el zoológico, o abrazándome en Casa del Lago fueron maravillosas.


Ayer llegué a la Casa del Lago alrededor de las 16:30 h, iba en búsqueda de 3 boletos para el paseo nocturno. Cuando me dijeron que la venta de boletos empezaba a las 17:00 decidí ir a la parte trasera de la Casa del Lago y matar mi tiempo disfrutando de la maravillosa vista.
 

El aire como siempre me acariciaba y yo dejaba correr mi mente hacia campos de recuerdos agridulces, de otros tiempos, de otros personajes pero del mismo escenario. Todo había cambiado, pero seguíamos siendo el Bosque, el Lago, la Casa del Lago y yo.

Después de esperar como media hora más de lo programado gracias a la desorganización en la taquilla pude salir de la Casa del Lago con 3 boletotes para esa noche. Ya sólo faltaba que llegaran mis dos acompañantes y el plan estaría completo.

No tenía nada mejor que hacer, así que caminé por la orilla del lago y busqué una banca para sentarme como tantas veces, de mi bolsa saqué un libro e intenté leer, pero me fue imposible. El lugar me invitaba más a pensar y vaciar mi mente que a leer y rellenarla.

No sólo vinieron a mi recuerdos de mi pasado en Chapultepec, inevitablemente se mezclaron con historias de mis relaciones con quienes había participado en esas escenas y la curel y morbosa pregunta "¿Qué habrá sido de ti?"
[Aquí pueden oír esta canción]

Después de un tiempo mis pensamientos volaron lejos, a otra tarde, sentada en una banca, contemplando el agua, sola pero en Washington DC, con mi mundo virtual en las manos, a un par de clicks de quien quisiera compartir el momento cuando envié esta foto:

Y recordé que ese día, ahí sentada, envuelta en el frío aire que anunciaba lluvia, mi mente corrió sin freno hasta el Lago de Chapultepec, recordando tiempos lejanos. Estaba tan lejos pero no me sentía sola, mis fantasmas, los más amados estaban allá y ahora descubro que también están aquí, que parece vivieran en el agua de los lagos, en la fusión de estanques, árboles y concreto, que me abrazan y me persiguen pero no se dejan tocar. 
Fue entonces cuando tomé una foto más. Hoy las comparo y me sorprende lo similares que son, lo mucho que significan ambos sitios para mi.

Siempre he pensado en mi como una persona de aire, mi más grande pasión la vivo con el viento, pero no dejo de seducirme por el agua, tan presente en cada momento profundo, tan catalizadora de revelaciones, tan común y tan misteriosa.

Y en eso estaba pensando, sin tomar en cuenta el reloj, cuando apareció uno de los guardias del bosque para invitarme amablemente a ahuecar el ala. Yo no quería irme de Chapultepec, por mi mente pasaban opciones como cruzar a buscar un Starbucks o algo así, pero la verdad es que nada se me antojaba, yo quería seguir rodeada de esa magia, de esos recuerdos.

Volví a Casa del Lago y pregunté si podía sentarme por ahí a esperar el paseo nocturno y me dijeron que no había ningún problema, así que me senté en una bardita y entre recuerdos y twittazos esperé a mis acompañantes.

Ya cerca de las 20:00 que es cuando inicia el recorrido llegaron @Jacksparrington y @DrReneMD así que cuando nos entregaron nuestros programas y pases de abordar nos dirigimos al frente de la Casa del Lago para esperar el trenecito que nos llevaría por el bosque.

No voy a ponerme con demasiados detalles del recorrido porque en verdad vale la pena y esperaría que después de leer esto más de uno de ustedes decidiera darse la oportunidad de vivir esta experiencia. 

Entre las cosas que diré es que es un espectáculo divertido, muy interesante, pero lo más importante: muy hermoso. 

El recorrido pasa por la Fuente de Nezahualcóyotl (no sean mensos y se queden con toda la marabunta, pueden recorrerla completa si se apuran), la Fuente de las Ranas (vayan y luego vienen y me dicen si no es una de las cosas más bellas que han visto), el Ahuehuete de Moctezuma (simplemente imponente), la Tribuna Monumental a las Águilas Caídas (que fue construído para honrar al Escuadrón 201), la Fuente de la Templanza (una de las consentidas de muchos de los que amamos las fuentes), el Audiorama (yo no lo conocía y quedé enamorada), el Obelisco a los Niños Héroes y al Honor Militar, la Fuente del Quijote (sin palabras, no les arruino ese momento) y termina en la Casa del Lago.

Yo agradezco al doc, que fue quien me pasó el dato originalmente, la maravillosa noche que pasé. En parte sí por el recorrido, pero también por la compañía, ese wey rulea el mundito (pero no le digan porque luego se la cree y ni quien lo aguante u_u)

La temporada de paseos nocturnos es muy corta, son los miércoles del 16 de febrero al 27 de abril de 2011 a las 20:00h (excepto el 20 de abril) Hay que llegar al menos 15 o 20 minutos antes.

Tiene un costo de $150, pero a estudiantes, maestros e INAPAM con credencial vigente les descuentan 50 pesotes. Los boletos se venden en la taquilla de la casa del lago como de 10:00 a 15:00 y de 17:00 hasta agotar existencias o que empiece el paseo.

Yo no sentí frío, pero sí recomiendan ir bien abrigados y con zapato cómodo (nada de taconzotes porfa que se van a partir toda la madre en una de esas).

Neta, dense la oportunidad y verán como salen con buen sabor de boca y uno o dos datos nuevos para apantallar pendejos :)

Espero este post los haya apantallado... ah no, ya la cagué >_<

martes, febrero 15, 2011

Los sinsentidos del sueño.

Si los ojos son la ventana al alma me queda clarísimo que los sueños son la puerta. Nada puede desbalancearme más un día cualquiera que un mal sueño. Y los malos sueños no son necesariamente pesadillas llenas de monstruos horribles, los malos sueños pueden ser incluso hermosas estampas de algo que ya no está.

La simbología en mis sueños se ha ido 'puliendo' con los años, adquiriendo nuevo símbolos y reinterpretando otros. Mis sueños me hablan aunque no les entienda, mis sueños deben tener sentido en algún nivel o desde alguna perspectiva.

Quizá "algún día" acabe de entender el sueño de anoche, por lo pronto lo dejo aquí al no encontrarle un mejor lugar. No buscando respuesta, simplemente aguardando.

Estoy sentada en un prado verde, viendo a lo lejos algo que parece un lago de cristal. Una nube gris aparece en el horizonte y comienzan a llover diamantes azules. Las piedras golpean mi rostro, lo cortan, se clavan en mi piel. Veo en el suelo una sombra que se acerca a mi, me cubre con una gruesa capa morada pero no me muestra su rostro.
Todo parece detenerse y cuando me destapo la cara me encuentro en un gran salón con decoraciones plateadas y un brillante piso de cuadros blancos y negros. En el piso, junto a mi hay un trebejo, un caballo negro. Lo tomo en mis manos y lo guardo en la bolsa de mi chamarra. Comienzo a caminar y llego a lo que parece ser una estación de tren.
No hay nadie más, o mejor dicho no se ve nadie más pero siento una respiración muy cerca. Mi corazón se acelera pero no encuentro a nadie. De pronto al llegar el tren siento como si un abrazo frío me rodeara, como si un fantasma me abrazara. El tren abre las puertas y yo sólo puedo ver un vagón lleno de libros, sin espacio para ninguna persona.
Doy media vuelta y llego a una especie de invernadero lleno de orquídeas, me siento en una piedra a ver el agua de una fuente caer. El agua se tiñe de rojo y recuerdo las heridas de mi rostro. Busco un cristal para reflejarme y veo las marcas en mi piel, si no las toco no duelen, pero por alguna razón extraña disfruto pegar mi cara al vidrio.
Me descubro llorando con una mano en la ventana mientras la neblina baja y envuelve todo.
Se acercan unos desconocidos con unos planos que hay que aprobar, cuando extiendo la mano para tomarlos caen gotas de sangre sobre el papel lo que parece alegrar a los desconocidos que rápidamente recogen todo y desaparecen.
Camino 3 pasos y me siento en un sillón con un pequeño libro, un te chai en la mesita y junto uno de esos marcos electrónicos pasando fotos de mucho tiempo atrás.

Ok, ahí queda el sueño. Nunca dejarán de sorprenderme los sinsentidos del sueño.

sábado, febrero 12, 2011

Yo no quiero olvidar.

Nunca he sido de esas que dejan ir las cosas, me vale madre que todos me repitan una y otra vez que hay que dar la  vuelta a la página y dejar el pasado atrás. Si atesoramos buenos recuerdos ¿por qué no hacerlo también con los malos? Después de todo, muchas veces son precisamente los malos momentos los que dejan una huella más profunda en lo que somos.

Reconciliarme con mi pasado no es pretender que no existe, ni que las cosas que algún día me lastimaron dejen de doler. Significa simplemente poder seguir adelante y darme la oportunidad de regresar y manosear esos recuerdos de vez en cuando, con lágrimas incluídas si se presta la ocasión. Eso sí, que sea yo quien decida sacar los recuerdos de vez en cuando a que les de el aire y no que sean ellos quienes me ataquen por sorpresa una noche cualquiera.

Yo no quiero 'superar' mi pasado, quiero tenerlo a mano, usarlo de referencia, no para volver a él sino para entenderme hoy e imaginarme mañana. Si en la escuela nos obligaban a estudiar historia para entender la realidad actual del planeta no veo porque no deberíamos estudiar nuestra historia para entender la realidad actual de nuestra mente.

Hay fechas que se nos graban en el alma, no importa si lo queremos o no. De pronto volteas, ves el calendario y te das cuenta de porque ese día despertarte sintiéndote distinto o eufórico o nostálgico.

Hoy para mi es uno de esos días que hace años intenté olvidar sin éxito y que ahora acepto con tranquilidad. 

Hace 15 años exactamente fue un punto de inflexión en mi vida, fue como si viviendo dentro de una burbuja de jabón de pronto estallara y todo se viniera abajo. Y de la escuincla dulce, tierna, ingenua y tonta no quedara nada. Fue tan grande el dolor que ya no buscaba quien me la hubiera hecho sino quien me la fuera a pagar.

Hoy volteo al pasado y me doy cuenta que esa ruptura de corazón desencadenó muchas cosas al pasar los años. Pero si pudiera volver a ese momento haría todo exactamente de la misma manera, entregaría mi alma sin recelo, sufriría tremendamente, cometería las mismas pendejadas después y terminaría siendo justo quien soy hoy, porque me caigo mucho mejor hoy de lo que me caía hace 15 años.

Al final del día vino a ser cierto eso de que destrozándote pueden hacerte mucho bien. Te forzan a reinventarte, a elegir lo que quieres conservar de lo que eras y a deshechar lo demás.

Hoy entiendo mejor las cosas que hace 15 años, el tiempo lo pone todo en su lugar. Hay personas que salen de tu vida pero nunca se van, por mi está bien, que se queden en mi mente con sus cosas buenas y sus cosas malas, que nunca se me olviden.

Porque lo único que queda al final son los recuerdos, porque al cabo de un tiempo la balanza se inclinó hacia todo lo bueno y por lo que fuiste, eres y siempre serás: "Stay here, stay tunned. Thanks."