lunes, octubre 12, 2009

Good luck!

Ricardo trabajaba como chofer de mi exjefa cuando entré a mi chamba actual, un chavo más o menos de mi edad, sin mayores estudios, casado, con 3 hijos, uno de ellos nació enfermo.

Trabajaba por honorarios, sin prestaciones, con un horario a capricho de la necesidad operativa, pero nunca lo oí quejarse –ni cuando el sueldo le fue reducido en dos ocasiones-, siempre estuvo dispuesto a colaborar y lo hacía bien y de buenas.

Un chavo honesto, muy trabajador y con una gran actitud hacia la vida, sabe perfectamente que nadie le va a regalar nada, que es el único soporte de su familia y que quejándose no ganaría nada, había que trabajar en lo que hubiera. Para mi siempre fue un ejemplo su forma de enfrentarse a la adversidad, nada lo hacía “echarse pa’ tras”

Hace un par de semanas me enteré que se había abierto una vacante como técnico en la empresa en la que trabaja mi marido. Los requisitos no eran muy exigentes y ofrecían un salario digno y lo más importante prestaciones superiores a las de la ley. Sin dudarlo un instante –y a pesar de que Ricardo no cumplía al 100 con el perfil- decidí recomendarlo para el puesto.

Tras un par de entrevistas y de que se dieran cuenta la buena actitud del chavo decidieron darle la oportunidad.

El viernes vino a firmar su último recibo de pago y a agradecerme que lo recomendara para el puesto, le dije que ahora la pelota está en su cancha, que le eche muchas ganas como siempre y que le deseo mucho éxito en su nuevo trabajo.

Hoy empieza una nueva vida, si aprovecha la oportunidad –y no tengo dudas de que así será- su familia tendrá las herramientas para salir adelante, sus hijos podrán estudiar y prepararse para un mejor futuro. Lo más lindo de todo es que nadie le regaló nada, ni siquiera la oportunidad fue gratuita, él se ha ganado ese lugar con trabajo duro y buena actitud… eso es algo que me gustaría que muchos entendieran.

Finalmente diré ‘una recomendación puede ponerte en un buen lugar, pero solo un buen trabajo puede mantenerte’

viernes, octubre 02, 2009

Borreguismo políticamente correcto

2 de octubre, es verdad ¿qué no se olvida? Cada año miles de personas toman las calles con marchas para recordar el terrible crimen que se llevó a cabo en la Tlatelolco el 2 de octubre de 1968, pero tristemente muy poca de esa gente conoce en verdad lo qué ocurrió, cómo ocurrió y por qué ocurrió.

A 41 años de distancia siento que deberíamos ser capaces de entender el movimiento sin idealizarlo, aceptar que hubo aciertos y errores, que ninguna de las partes fue totalmente inocente ni totalmente culpable, parte de la complejidad del ser humano.

No han sido pocas las veces que me han llovido críticas al cuestionar a los 'héroes y mártires' del '68, al preguntarle a los manifestantes si saben de qué trató el movimiento, cuáles eran sus ideales y si ellos están de acuerdo con eso.

Uno de los objetivos del movimiento del '68 era crear una sociedad más crítica, informada y participativa, no una bola de 'incuestionables' que explotan y sobre-explotan la tragedia para su beneficio, que mueven masas pero no las informan, que toleran y promueven el actuar al margen de la ley. Dudo mucho que alguien comprometido con los ideales del '68 se sienta orgulloso de la bola de borregos que dicen rendirles homenaje en un día como hoy.

Han pasado 41 años y yo sigo esperando que tengamos la madurez de analizar objetivamente el movimiento, aprender de sus errores y honrar sus virtudes, pero tal como lo veo el día de hoy todo el esfuerzo de los jóvenes de ese entonces fue en vano.

Yo, hoy no tengo nada de conmemorar