jueves, septiembre 28, 2006

Desencuentros


Les aviso que está un poco largo. Espero comentarios.

Ella estaba sentada viendo por la ventana, él a pocas calles de ahí bajó por un café a la máquina del lobby.

Hacía más de un año que no tenían noticias el uno del otro, la idea de que todo lo vivido había sido sólo un sueño empezaba a pasearse por sus cabezas cada vez con más frecuencia.

Más de 10 años antes la casualidad los había reunido en una serie de eventos tan poco probables como inevitables.

Cada mañana el aroma del café evoca en él las imágenes de una sonrisa sincera del otro lado de la mesa, unos ojos que lo miran fijo pendientes de cada una de sus palabras, de sus movimientos. La chica del otro lado de la mesa parece absorta en la conversación y cada determinado tiempo asiente con un movimiento de cabeza mezclado con guiño que hace que a él le tiemblen las piernas.

En las tardes de lluvia el olor a tierra mojada la lleva de regreso a un estacionamiento encharcado donde alegremente se dedica a salpicar en los charcos con sus botitas cafés mientras un chico pálido la observa divertido. Él no puede apartar su mirada de la niña que retoza bajo la llovizna.

Pasa otro día, el sol se asoma tímidamente, casi como si temiera molestar a los transeúntes con su brillo. Dentro del micro ella juega a encontrarle formas a las grietas en la pintura del techo. Atrapado en el tráfico, apenas dos carros adelante, él se desespera por no poder avanzar.

Se acerca EL día del año. Ella decide que este año no lo buscará más, casi en ese mismo instante él decide que este año se dejará llevar.

Ella llega a su casa, comienza a empacar sin mucho cuidado las pocas cosas que la acompañarán en su viaje, voltea, ve al gato y se convence que no puede dejarlo atrás. Ya tiene los papeles listos, finalmente encontró el empleo ideal en una pequeña ciudad no muy lejos de la capital, le ofrecen casa, carro, un buen sueldo e inmejorables oportunidades de desarrollo dentro de la empresa, además que al irse podrá cerrar definitivamente ese capítulo que tanto le ha dolido.

Él se pregunta porque no apareció este año, se pregunta si estará bien, se pregunta si ya lo olvidó. Cierra los ojos y escucha en su mente los ruegos, las súplicas, el llanto. Recuerda sus ojos llenos de lágrimas y se acuerda cuánto le gustaba verse reflejado en ellos a primera hora de la mañana de días más felices.

El viento sopla fuerte, con el cabello revuelto ella regresa al lugar de su recuerdo más feliz, lleva en el bolsillo del pantalón la única carta que él le escribió. El papel está casi roto en los dobleces de tantas veces que ha sido leída. Se sienta en el pasto y deja que los recuerdos la invadan por última vez, a partir de mañana no dejará que vaguen por su mente tan libremente.

Él siente la apremiante necesidad de acudir a aquel jardín, algo dentro de su pecho lo empuja a llegar lo más pronto posible. A un par de cuadras se detiene a comprar dos alcatraces, no sabe bien porque pero siente que debe llevarlos.

El jardín está tapizado de hojas secas que crujen bajo sus pisadas. En el costado de la lomita una mancha clara llama su atención. Se acerca y levanta el maltratado papelito, al instante reconoce su letra y sus palabras, comienza a correr por todo el jardín y a llamarla a gritos, piensa que con este aire es imposible que el papel lleve demasiado tiempo justamente en ese lugar.

Un micro le hace la parada a una muchacha bañada en llanto, ella paga y se acomoda en la parte de atrás, evita voltear por la ventana, quiere dejar todo atrás. Sin querer ve el reflejo de un muchacho caminando hacia el jardín con un par de alcatraces, cierra fuerte los ojos y cuando los abre la imagen no está más, el micro empezó a avanzar.

Afuera del edificio gris un taxi espera con las intermitentes prendidas, ella baja con un par de maletas, una caja con libros y la jaula de su gato. El taxista le ayuda a acomodar todo. Ella le pide que antes de llevarla a la central de autobuses pasen a ver una casa vieja no muy lejos de ahí.

Él llega al edificio gris y llama insistentemente al departamento del segundo piso. Decide sentarse en las escaleras a esperar que ella aparezca. Un vecino lo encuentra y le informa que precisamente hoy la chica que vivía ahí se mudó y no sabe a dónde.

Vestida de blanco, con el velo puesto, ella recuerda que justamente hace 3 años decidió salirse de la capital para probar suerte en provincia. Pocos meses después conoció al que hoy se convertirá en su esposo. Se mira al espejo y sonríe, no cabe duda que es una mujer afortunada. Desde la ventana su gato le reprocha la poca atención que le ha puesto últimamente, ella lo acaricia y le promete que cuando regrese todo será distinto.

Con un traje oscuro él se prepara para ir al registro civil. Después de casi 2 años de vivir con su novia ha decidido darle gusto y casarse con ella. Se mira al espejo y no reconoce la imagen que con tristeza lo observa. Quisiera saber que ella es feliz para poder continuar con su vida, pero no ha logrado encontrarla. Se acomoda la corbata y da media vuelta.

En el aeropuerto el cansancio hace que en ella se asome un bien maquillado gesto de tristeza, él camina justo hacia ella mirando al suelo. En un instante sus miradas chocan, pero antes de que puedan reaccionar los ríos de gente los llevan en distintas direcciones.

Han pasado varios años y ella no deja de pensar que ese día su cerebro agotado le jugó una broma muy cruel, él cada mañana se repite que lo que vio no pudo ser real.

La cafetería de siempre está casi vacía. Ella pide su café y se sienta en la mesa de la ventana. Él entra y pide su café para llevar.


martes, septiembre 26, 2006

¿Y tú que haces para cambiar tu mundo?

Es muy fácil quejarse de todo lo que está mal en nuestro entorno, es muy fácil echarle la culpa al vecino, a las autoridades, a la mala suerte o a la falta de educación. Pero es muy difícil aceptar cuando contribuimos a generar el caos que azota la ciudad diariamente.

Odio que las banquetas esten invadidas por vendedores ambulantes, me encabrona tener que caminar por el arroyo vehicular porque las banquetas se han convertido en "almacenes" de productos piratas, contrabandeados o de plano robados. Mal estaría yo si vivo quejándome de ellos y voy y les compro. Salvo un par de excepciones (consigue pinzas para el cabello en otro lado) procuro no comprale a los ambulantes, hay que ser congruentes.

Un buen amigo se queja del tráfico, de lo primitivos que son los microbuseros y en general todo aquel conductor de la zona de Iztapalapa. Hace tiempo comenzó la construcción de un nuevo puente por su casa y cerraron la calle que usaba para salir. Ahora se avienta un puente en sentido contrario para ahorrarse la vuelta de 15 minutos que tendría que dar usando la desviación correspondiente. Le vale madres que los que necesitan usar el puente en sentido correcto aumenten su tiempo de traslado solo porque a él y a otros les parece que tienen "motivos" para aventarse el sentido contrario.

Para mi sus "motivos" son pretextos para pasarse la ley por el arco del triunfo. Con esos argumentos cualquiera podría infringir la ley (cosa cada día más común) alegando sus motivos... A quien me recuerda???

Las leyes nos guste o no son para respetarse, no existe una ley que le parezca justa a todos, por eso es ley, se crearon para tener un marco para resolver las diferencias, si todos consideraran que es la mejor opción no sería necesaria, todos la acatarían sin que fuera ley.

La actitud de hágase la ley en la milpa del vecino es una de las actitudes más dañinas y preocupantes hoy en día. Poco a poco los niños van aprendiendo que si se tiene un pretexto suficientemente creativo se puede hacer lo que les viene en gana... Y luego nos quejamos de que la ciudad no tiene orden, que todo es un caos y que deberíamos vivir como en paises primer mundistas (donde aclaro, la mayoría de las veces los ciudadanos cumplen la ley)

Así que queridos blogger yo les pregunto ¿son parte de la solución o son parte del problema? Si cada uno hace su parte podemos lograr que este rincón del mundo sea un lugar para vivir y no sólo para sobrevivir.

Saludos a todos


lunes, septiembre 25, 2006

Cambio de administración!!!

Lo peor que le puede pasar a un lugar al que te gusta ir es que cambie su administración. En el último año son al menos 3 los lugares que han corrido esta suerte, lugares que me han perdido como clienta.

Hace meses acostubrábamos ir a comer a "Las Yardas", donde la comida era muy rica, los precios accesibles, el servicio inmejorable y como plus nos apapachaban mucho en cada visita. Los meses pasaron y con el cambio de administración se acabaron los apapachos, la variedad de guisados y finalmente los totopos. Los precios se elevaron considerablemente y el servicio se fue hasta el piso. Resultado no hemos vuelto.

Poco después hicimos un excelente descubrimiento, apenas a dos cuadras de la oficina una fondita a la que cariñosamente apodamos "Las Ensaladas" pues ofrecían en su menú una barra de ensaladas muy completa. La comida tenía un precio justo, la barra de ensaladas era grande y variada, el servicio muy veloz y amable. Después del cambio de administración repintaron el lugar y reacomodaron las mesas (para meter más pues quedó super amontonado). Los precios se han mantenido (por el momento), pero la calidad de la comida decayó. Ahora es grasosa, sin sabor y el servicio sumamente lento. Resultado creo que no volveremos.

El último suceso fue apenas el sábado. Nuestro antro-bar de confianza era el Berlin, durante los últimos 2 años cada evento digno de festejarse terminaba festejándose ahí. La cerveza barata, el sevicio muy bueno, una buena banda de rock, un ambiente muy nuestro estilo, concurso de "turbochelas" (donde hasta hoy soy campeona), en general el bar ideal. Cambió la administración y el sábado nos aburrimos bastante. Llegamos y estaba sonando LUIS MIGUEL!!!!!, vamos se supone que es un antro de rock :(. Luego en los descansos de la banda (que se rifó, hay que reconocerlo, aunque extrañamos a Bob Patiño el exbajista) ponían un DVD de un concierto de Kiss (Kiss no está mal, pero toda la noche??) y cuando se acabó el DVD en las pantallas pusieron una película que resultó más entretenida que el antro. Con el cambio de administración se fue el show del fabuloso Casper (capaz de tomarse un tarro alemán de cerveza, aprox 1 litro, en tan solo 6 segundos!!!), se fueron las varias rondas de turbochelas con buenas cervezas importadas de premio (ahora me dieron una budweisser), se acabó el rocksito mezclado en los descansos de la banda, el servicio se volvió hostigante (no podías descuidar tu tarrto porque el mesero se lo quería llevar aunque tuviera un traguito, además que cada 5 minutos te preguntaba si te traía otra cosa, así tuvieras el tarro lleno). Resultado no sabemos si volveremos, quizá este sábado para ver nuestros nombres en el primer lugar de Turbochelas (claro que ahora fue muy sencillo ganar el premio, no hubo competencia real y mi esposo y yo ganamos los primeros lugares rama femenil y varonil)

Por suerte este blog ni se cierra ni cambia de administración. Descubrí este método de posteo que si bien no me permite leer sus coments y post con regularidad me permite publicar tan seguido como quiera. En las noches intentaré conseguir máquina para ponerme en contacto, pero por lo pronto me tendrán dandoles lata aquí, vía correo electrónico.


jueves, septiembre 21, 2006

Los extraño!!!

He tenido unas semanas muy ocupadas y por eso no había podido postear, pero hoy logré robarme unos minutos para pasar y postear.

Cada día me invade un sentimiento de tristeza de todos aquellos temas que se han quedado en el tintero y quizá nunca plasmaré en este espacio.

En el éter del recuerdo se quedó la anécdota de los encuerados en la cibeles, del lanzamiento del ELMO TMX, de los agentes de tráfico espontáneos, del "pues hagánle como puedan" de aquel poli.

Tampoco se enteraron del pánico escénico del pequeño SEKI en su examen de ubicación en la academia canina, ni de mis largas caminatas por el centro de la ciudad y la central de abastos.

Me quedé con ganas de contarles de la sobrina consentida, de mi debilidad por los esquites de Lomas Verdes y los deslaves de la autopista.

Ahora que no puedo postear tan seguido tengo que escoger mejor mis temas y talvez las lecciones de civilidad al volante se queden esperando otra oportunidad.

Me enteré tarde de la reunión que avisó fer (lo leí hoy), y seguro he perdido al 90% de mis lectores, pero para aquellos que aún me recuerden les prometo no abandonar por completo el blog, no voy a tirar la toalla.

Algo se me tiene que odurrir para postear más seguido, por lo pronto solo ténganme paciencia y verán que vale la pena.

Un abrazo