lunes, septiembre 26, 2005

La leyenda del COSTRO

El Costro es un muy buen amigo mío de la universidad. Un chavo muy buena onda, chaparrito, que habla lentito y suelta patadas si le haces cosquillas.
Su apodo surgió de algún suceso en el que llegó con la cara toda raspada. Él afirma que se cayó escalando, todos pensamos que fue un borrachazo.
Pero la leyenda del Costro va más allá de su apodo o de su obsesión por soltar patadas cuando le haces cosquillas. El Costro se convirtió en leyenda pues es como esos perritos que intentas perder y vuelven a casa antes que tú. Les explico.
Hace algunos años la novia de uno de los amigos le organizó una fiesta de cumpleaños. Ella vivía por Atizapán y ninguno de nosotros conocíamos bien el camino. Croquis en mano y soporte técnico vía celular algunos pudimos llegar. De pronto suena el teléfono y era el Costro. Pidió indicaciones y el festejado le dió unas taan malas que todos pensamos que le caía mal y quería perderlo para no volverlo a ver. Recuerdo haberle dicho que yo ya había llegado pero con esas instrucciones seguro me perdía. Para resumir ni siquiera le dijo en que edificio estábamos ni el número del departamento. Pasó el tiempo y empezamos a oir gritos en el estacionamiento: "CALVITO, GEISHA, POCHACA, SILVESTRE DONDE ESTÁN!!!!!!!!!!!" Pues si, el mismísimo Costro estaba acompañado del Rostro en el estacionamiento gritándonos para saber en que departamento tocar.
Obviamente esta anécdocta se convirtió en una referencia obligada para describir al Costro. Otro día decidimos ir a comer unas ricas kekas al Ajusco. Dijimos que quien no llegara a X hora se quedaba. Nos quedamos de ver frente a Six Flags y el Costro entre otros jamás llegaron. Así que los que estábamos decidimos ir a La Polea. Se soltó una lluvia bastante fuerte y mientras saboreábamos una calientita y deliciosa sopa de médula bromeábamos acerca de que en cualquier momento llegaba el Costro. Cabe mencionar que el Costro no sabía en que lugar del Ajusco íbamos a quedarnos. Yo estaba sentada viendo llover por la puerta abierta, en esas la sopa se me cayó de la boca y le hice señas de que voltearan, nadie me creía que había llegado el Costro hasta que saludó. Venía completamente mojado en compañía de otro rezagado. Jamás supo explicar como sabía donde estábamos (ningún celular tenía señal).
Todo esto viene porque el sábado fue la inauguración de mi nuevo hogar, y quien creen que llegó casi hasta la puerta de la casa con un croquis bastante mal hecho? Pues si el mismísimo COSTRO.
Ustedes conocen a alguien así?
Saludos Costrito si llegas a leer esto.

3 comentarios:

Kix dijo...

Jajajja!!! Oye qué buena onda de persona!! Me encanta que no es de los que se les viene el mundo encima, sino que RESUELVE!! Hoy en día eso es muy difícil de encontrar!

Chido por el Costro.

Zack dijo...

Se le podria utilizar para localizar gente sepultada en los terremotos, ¿no creen ?

Humano dijo...

El costro.. que cagado apodo hahahaha.
De chamacos en la escuela no tienes pelos en la lengua y pones apodos a diestra y siniestra.
Cada propietario del apodo hace su propia leyenda.
Un compañero, a los 3 años de edad, perdio una oreja. Cuando llego a la escuela, los cabulas de mis compañeros dijeron... YA LLEGO LA TAZA!!!!!