Solamente alguien que en verdad te importe puede decepcionarte. Por eso no me decepcionan los resultados de un partido de fútbol, las pataletas de los diputados o las estupideces de las 'estrellitas' de la tele. Los primeros me hacen arquear una ceja, las segundas me generan impotencia y las terceras me son completamente indiferentes. Pero cuando la pataleta y la estupidez vienen de alguien a quien quieres la cosa cambia.
Dicen que: "Bienaventurados los que nada esperan, porque nunca serán decepcionados". ¡Qué cierto, pero qué imposible! Por más que sepamos que todas las decepciones vienen de las expectativas que nosotros mismos tenemos de algo/alguien es inevitable que, por costumbre o por anhelo, esperemos que las cosas sucedan de cierto modo... así como inevitable la posterior decepción si nuestras expectativas no son satisfechas.
¿La solución sería no esperar nada de nadie ni de nada? Bueno, en la teoría sí, pero creo estarán de acuerdo que la realidad es un poco MUCHO más compleja que eso. Esa solución mágica puede funcionar para las cosas sin importancia, para las pequeñas 'decepciones' diarias, para no 'sufrir' por una mala adaptación cinematográfica, o por un terrible final de nuestra serie favorita, pero definitivamente no funciona para las cosas importantes.
Que algo/alguien te importe significa necesariamente involucrarte con, al involucrarte vas a comenzar a esperar que algunas cosas sucedan. Aunque entiendas que no se puede controlar todo en esta vida (mucho menos la mente y el actuar de los demás) necesitas 'confiar' en que algunas cosas van a pasar de cierto modo, que algunas personas van a reaccionar de alguna manera; y así vas generando tu entorno, en el que te sientes cómodo y seguro... y todos necesitamos sentirnos cómodos y seguros de vez en vez.
Supongo que las decepciones son parte de la vida, como los adioses, como el dolor. No intento vivir una vida plana sin emociones y decepciones, sólo espero aprender a vivir sin que el eco de mis expectativas no alcanzadas me atormente eternamente.
6 comentarios:
Mi querida A:
Yo viví muchos años "pegada" a expectativas que nunca se cumplieron... cuando las dejé ir, fue cuando realmente comencé a vivir...
Besos
PD Aún así, espero que las tuyas se cumplan a pie juntillas... :)
He de confesar que me sacaste una lágrima. Quizá mi orgullo no me permitió escribir lo suficiente, tras cierta decepción que viví la semana pasada, snif.
Querida amiwita:
Wao haz descrito mi alma en este instante! En este momento ando pasando por una decepcion tremenda por dar todo por hecho y de que asi como pensaba es que seria todo y no! Como duelen y como te frenan por el tiempo que dura tal malestar! Lo importante es vivirla, sufrirla si es el caso pero siempre seguir adelante y estar conciente de que vendran otras! Tremendo texto y me haz tocado mi duro corazon! Bendiciones!
Las decepciones son como las quemadas de los cerillos. Duelen, pero duran poco.
Saludos.
Querida Alletta, la solución, como bien comentas, no está en no tener expectativas, puedes tenerlas... es más, en lo importante, DEBES tenerlas.
Una alternativa es el desapego, la expectativa más el apego producen frustración cuando el resultado es adverso.
Aquí lo difícil, es lograr el desapego a las cosas importantes, esas a las que solemos estar apegados.
Mi experiencia reciente, donde se pierde lo más importante, te deja frente a una disyuntiva en la que definitivamente no puedes perder las expectativas, pero tampoco puedes apegarta a que se cumplan, pues podrías caer en un vacío de frustración y depresión que generarían un círculo vicioso que podria llevarte a perder... las expectativas.
Cada quien habla de como le va en la feria.
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