No tengo duda de que la mente trabaja de formas extrañas, tras un par de días con insoportables dolores de cabeza y mal dormir anoche tuve un sueño extraño.
Bueno lo extraño no fue el sueño, lo extraño fue el protagonista del sueño, va la historia....
Hace muchos años, cuando aún estaba soltera y juraba que jamás me casaría, conocí a Armando. Corría el año 2000, estaba yo recién desempacadita de mi exilio en Colombia y trataba, sin mucho éxito, de volver a encarrilarme en la vida que había abandonado unos meses antes. Uno de los amigos que hice viviendo en Bogotá me avisó que de trabajo lo iban a mandar a México, que si nos podíamos ver.
Cuando Bleriot, llegó a México me dispuse a fungir como guía de turistas, me habló de un amigo suyo, colombiano también, que estaba en la ciudad y me preguntó si podíamos incluirlo en los planes. Por supuesto que acepté, siempre me ha gustado departir alegremente con paisanos, llevarlos de parranda y embriagarlos con tequila. Como seguramente ya se lo imaginan el amigo era Armando.
Armando era un tipazo, culto, educado, atento, simpático, exitoso, con mucho style y divertido. No diré que era guapo pero el resto de sus cualidades hacían que realmente eso fuera lo de menos. Él trabajaba para Motorola y estaba viviendo temporalmente en Guadalajara cuando lo conocí.
Salimos algunas veces, pasábamos de una peda en las trajineras de Xochimilco a los mejores lugares para ver El Fantasma de la Ópera. No puedo negar que era un gran cómplice, me hacía segunda en cuanta locura se me ocurría y me trataba como una reina. Un día me regaló un juego de collar y aretes con una luna y un sol, yo que casi nunca uso aretes lo conservo con cariño y cuando no me queda más remedio que usar aretes son justamente esos los que busco. Y es que son tan yo que cada que los uso me remonto a mi cara reflejada en el cristal mientras sostengo en algo mi cabello para que él me ponga el collar, muy sencillo y muy discreto pero literalmente me bajó el sol y la luna.
Al principio de la relación yo estaba muy renuente a intentarlo, para empezar físicamente no era para nada mi tipo, además el wey vivía en otra ciudad, y yo seguía muy clavada con aquel ex del que tanto he hablado. Desde el principio él dejó entrever que sus intenciones eran 'serias', a él le hacía mucha ilusión casarse, yo claramente dije que debido a las circunstancias yo no estaba buscando nada formal, que no pensaba casarme y que además era demasiado joven. Pero más pronto de lo que me hubiera gustado admitir el muchacho se había ganado ya un lugar en mi corazón.
Una noche me invitó a cenar, fuimos al mejor restaurante del hotel en el que se hospedaba, una botella de vino, pasta, velitas. Me tomó de la cara y me contó que la empresa le estaba ofreciendo trabajo fijo en México, mi rostro se iluminó, continuó diciendo que le estaban dando a escoger entre quedarse en Guadalajara o mudarse al DF. En ese momento mi corazón palpitaba emocionado, no podía yo creer que 'el destino' fuera tan bueno con nosotros. Después de un breve silencio me soltó la cara, se enderezó en su silla y me dijo que había decidido quedarse en Guadalajara porque no quería enamorarse de mi, y que esa sería la última vez que nos veríamos... ¡¡¡WTF!!!
Nunca volví a verlo ni a saber nada de él, con Bleriot tengo comunicación esporádica pero nunca lo nombra.
Anoche soñé con él, que lo encontraba en el teatro, estaba un par de filas adelante, volteaba, me veía y sonreía. Luego empezaba la función y aunque yo lo buscaba a la salida no lo encontraba. Donde quiera que esté espero haya encontrado a una mujer menos cobarde para aceptar lo que sentía, ojalá pudiera decirle de la que se salvó pues han pasado 10 años y creo que sigo siendo igual de gallina xD
Que tengan un gran finde, el mío viene cargadito, cargadito