lunes, abril 25, 2011

Acciones y decepciones

Solamente alguien que en verdad te importe puede decepcionarte. Por eso no me decepcionan los resultados de un partido de fútbol, las pataletas de los diputados o las estupideces de las 'estrellitas' de la tele. Los primeros me hacen arquear una ceja, las segundas me generan impotencia y las terceras me son completamente indiferentes. Pero cuando la pataleta y la estupidez vienen de alguien a quien quieres la cosa cambia.

Dicen que: "Bienaventurados los que nada esperan, porque nunca serán decepcionados". ¡Qué cierto, pero qué imposible! Por más que sepamos que todas las decepciones vienen de las expectativas que nosotros mismos tenemos de algo/alguien es inevitable que, por costumbre o por anhelo, esperemos que las cosas sucedan de cierto modo... así como inevitable la posterior decepción si nuestras expectativas no son satisfechas.

¿La solución sería no esperar nada de nadie ni de nada? Bueno, en la teoría sí, pero creo estarán de acuerdo que la realidad es un poco MUCHO más compleja que eso. Esa solución mágica puede funcionar para las cosas sin importancia, para las pequeñas 'decepciones' diarias, para no 'sufrir' por una mala adaptación cinematográfica, o por un terrible final de nuestra serie favorita, pero definitivamente no funciona para las cosas importantes.

Que algo/alguien te importe significa necesariamente involucrarte con, al involucrarte vas a comenzar a esperar que algunas cosas sucedan. Aunque entiendas que no se puede controlar todo en esta vida (mucho menos la mente y el actuar de los demás) necesitas 'confiar' en que algunas cosas van a pasar de cierto modo, que algunas personas van a reaccionar de alguna manera; y así vas generando tu entorno, en el que te sientes cómodo y seguro... y todos necesitamos sentirnos cómodos y seguros de vez en vez.

Supongo que las decepciones son parte de la vida, como los adioses, como el dolor. No intento vivir una vida plana sin emociones y decepciones, sólo espero aprender a vivir sin que el eco de mis expectativas no alcanzadas me atormente eternamente.

martes, abril 12, 2011

Una vuelta más al sol

Y es así, 34 primaveras se dice fácil, demasiado fácil, tanto que cuesta un poco de trabajo entender todo lo que encierran estos años. 

Jamás he pensado en quitarme la edad, para mi cada año de mi vida vale lo mismo, en cada año han pasado cosas maravillosas y cosas malas, he reído, he llorado, he amado, me han decepcionado, me han sorprendido, he conocido gente maravillosa y gente despreciable. Cada año voy siendo una mejor persona, más compleja, más plena, más yo.

Yo no me quito años, yo con orgullo presumo mis 34, levanto la cara y le doy la bienvenida a lo que esta vuelta al sol me traiga.

Por los que llegan, por los que se fueron, pero muy en especial por los que permanecen ¡Saquen los drinks y a festejar!

lunes, abril 11, 2011

Viajes al pasado, cortesía de reencuentros estudiantiles

El sábado fue la reunión anual con los ex-compañeros de la prepa. Como cada año agarré a mi mejor amiga y me lancé con mucho morbo a ver en qué se habían convertido esa partida de rufianes con los que estudié.

Desde larva y hasta la prepa fui una odiosísima nerda, nada de grandes fiestas, ni de muchos amigos, ni de irme de pinta ni mucho menos de salir con nadie.

Estudié en colegios religiosos y buena parte de los años que pasé ahí recluída les compré el cuento. Dedicaba parte de los descansos para ir a misa o a la biblioteca. Siempre estudiando, leyendo y escribiendo. Luego, un triste día la venda se me cayó de los ojos al descubrir la hipocresía de los sacerdotes que dirigían el instituto. Fue al final de la prepa y eso me dejó lista para el radical cambio que sufrí durante mi paso por la Facultad de Ingeniería de la UNAM. 

Resulta lógico que aquellos a quienes no veía desde esa época se sorprendan de lo cambiada que estoy, que no me reconozcan y que la mayoría ni me recuerden. Debe ser muy incómodo ver después de años a la chavita a la que molestaban.

A mi me da risa enterarme de lo que ha sido de quienes me agarraban de puerquito, con los años vino la certeza de que no eran ni mejores ni peores personas que yo, que está bien ser diferente, que en realidad nunca fui menos como algunos se empeñaban en hacerme sentir.

Algunos me dan muchísima pena, siguen instalados en su papel de fingir por encajar, sin darse cuenta que al paso de los años las máscaras se ven gastadas y acabadas, que algunos nos damos cuenta que no son tan geniales como quieren aparentar. Algunas poses les resultaron a los dieciséis años, a los treinta y tantos resulta un triste espectáculo... caricaturas de lo que fueron alguna vez.

viernes, abril 08, 2011

Exigencias

Es válido (y necesario) que como sociedad le exijamos resultados a nuestros gobernantes. El problema viene cuando nos limitamos a exigir que otros resuelvan el problema sin hacer lo que nos corresponde.

Me parece francamente hipócrita exigir que el gobierno termine con la corrupción 'en las altas esferas' pero seguir ofreciéndole "pa'l chesco" al policía de tránsito que va a multarme por pasarme un semáforo en rojo.

Mucha gente cree que los que pensamos que la sociedad tiene que hacer algo ADEMÁS DE quejarse pensamos también el gobierno no tiene ninguna responsabilidad, y no es así señores. Simplemente entendemos que ni sociedad ni gobierno por separado van a lograr nada, hay que exigir, sí, pero también hay que trabajar.

Pensar que el cambio tiene que venir de arriba hacia abajo es ingenuo. Supongamos por un momento que ponemos en una posición alta a una persona congruente, honesta y preparada; si no lo dotamos de un buen equipo de trabajo no podrá hacer gran cosa, las mañas, los malos manejos, los vicios seguirán incrustados en el sistema, intocables. 

Es cierto que un líder inspira, pero no todo en la vida es inspiración, podríamos tener al más honesto y valiente jefe de policía del mundo, pero eso no nos garantiza que el oficial no aceptará el soborno que le ofrece un chófer para evitar la grúa se lleve el carro. Es más, casi podría apostar que aunque el jefe fuera el más transparente seguirían existiendo quienes, sin pruebas, lo acusaran de corrupción por motivos meramente políticos. 

Por eso es que pienso que el reclamo no sólo debe ir hacia el gobierno, debe ir también hacia la sociedad. ¿Estamos tan hasta la madre de todo como para dejar de dar mordidas? ¿Estamos tan hasta la madre de todo como para respetar las leyes? ¿Estamos tan hasta la madre de todo como para preguntarnos qué estamos haciendo mal como ciudadanos?

El problema de fondo es, como lo he dicho desde hace mucho tiempo, la educación. La responsabilidad del gobierno es, en todo caso, proveer formación académica, no educación, y es justamente aquí cuando entramos en conflictos. Conozco varios casos en los que los padres esperan que las escuelas 'eduquen' a sus larvas, padres que se ofenden cuando una les dice que le pueden exigir a la escuela que les enseñe a sus larvas a leer, a escribir, a realizar operaciones aritméticas, pero no pueden esperar que en la escuela aprendan a comportarse como seres civilizados si no es lo que se ven en casa.

Por más clases de ética, civismo o democracia que tuviéramos, si en casa reina la ley del gandalla no batalla, el lema del que no tranza no avanza, pues no vamos a llegar a ningún lado. Hay que empezar por aprender y enseñar a asumir la responsabilidad de nuestras acciones.

Cada que me preguntan "¿y tú que haces por mejorar la situación?" les respondo que procuro respetar la ley, no dar mordidas para acelerar trámites, no fomentar el comercio informal. A muchos se les hace poco, pero estoy segura que es más de lo que la mayoría de la gente hace... y creo que a la larga debe trae más beneficios que salir a cerrar calles. Y no sólo es que yo cumpla con eso, en mi entorno procuro convencer a la gente que me rodea de hacer lo mismo. 

Sí, el gobierno no está cumpliendo con lo que le toca, pero nosotros como sociedad tampoco. Si hoy se te hace fácil dar una mordida, mañana si llegas a ser funcionario se te va a hacer fácil recibirla... y luego exigirla. En la mente de muchos es una especie de 'compensación', un "pues cuando yo estaba abajo me fregaron, ahora que tengo la oportunidad voy a fregar a otros". Y así, al final, aunque cambie el gobierno, aunque cambien los actores, seguiremos teniendo los mismos vicios. 

El cambio verdadero debe venir de abajo hacia arriba, de adentro hacia afuera. La honestidad y congruencia de la sociedad civil deben ser los cimientos para un buen gobierno... lástima que a tantos esto se les olvide cuando llegan a posiciones de influencia.

jueves, abril 07, 2011

La última vez

Anoche recibí un comentario en el post de las cuentas regresivas que me ha dejado pensando, y como yo pienso mejor por escrito me lo voy a traer y luego de eso armo el post de hoy.

Luis E dijo...
Me gustó, sin embargo, siento que faltó poner la contraparte, las cuentas regresivas en las cuales procuras por todos los medios llegar al punto 0. Desde lo más banal como podría ser un periodo vacacional, un domingo, etcétera, llegando a momentos como el saber que estás con la persona que amas por una última vez, y saber que en realidad es una última vez y un último día y unas últimas horas. Y esto puede ser por muchas razones, por mutuo acuerdo, por diferencias de planes, viajes con boletos de ida solamente y hasta una muerte anunciada.

Perdona que haya venido a amargar así tu post, supongo que es mi mood de esta noche =/.

Pero independientemente de mi embarradota de lodo, me gustó mucho esto que escribiste.

Personalmente no suelo hacer cuentas regresivas para que termine algo que disfruto, ¿perder mucho/poco tiempo que dure algo bueno pensando en su final? Los fines de semana, las reuniones con amigos, las vacaciones, etc. se disfrutan sin pensar en el tiempo que falta para que terminen... en especial cuando has hecho una cuenta regresiva para llegar a ese punto.
Ahora el tema de las últimas veces. Siempre he pensado que es mucho más fácil planear las primeras veces de algo, una primera cita, un primer beso, un primer viaje a algún destino; la cosa es que no es así de fácil planear una última vez... vamos, ni siquiera reconocerla para esperarla.
Gandalf dice: "Ni el más sabio conoce el final de todos los caminos". Y esa se ha vuelto parte de mi filosofía de vida. Podemos despedirnos, alejarnos, dar asuntos por acabados, pero en el fondo no sabemos si en verdad es "la última vez". 

"La última vez" por lo general nos sorprende después de un tiempo, justo en el momento en el que volteas y piensas: "si yo hubiera sabido que ESE era el último beso que iba a darle lo hubiera tomado con calma, lo hubiera visto a los ojos, lo hubiera hecho eterno".

Aún con muertes anunciadas no podemos crear cuentas regresivas, no conocemos el instante preciso de la muerte, así que la espera es la agonía de la incertidumbre, siempre pensando que cada momento puede ser el último y no dándonos cuenta que en verdad era el último hasta que ya pasó.

Siempre podemos planear un comienzo, por lo general los finales nos sorprenden sin que los veamos venir. Podemos saber que están cerca, pero no el momento justo en el que van a ocurrir.

Por otro lado los únicos finales definitivos que existen vienen con la muerte, hasta que los protagonistas mueren no podemos dar por terminada su historia, nunca sabes las vueltas que puede dar la vida y la forma en la que personajes de tu pasado que creías completamente fuera de tu vida pueden regresar... con otros roles, formando nuevas historias.

Quizá sea tonto pero pienso que los únicos adioses se dan en los funerales... y el otro nunca podrá escucharlos, hasta ese momento son simples "hasta que nos volvamos a cruzar, mañana, en años, o nunca jamás".

miércoles, abril 06, 2011

Cuentas regresivas

Adoro las cuentas regresivas, la emoción, la expectativa, el nervio. Hay veces que no importa tanto el suceso como la espera, la planeación, el anhelo.

La ilusión por lo que vendrá, así nunca ocurra, el sueño, el deseo. El tener un motivo para seguir, una razón para avanzar en la dirección que hemos decidido. 

Por todo eso, y con cualquier pretexto, inicio cuentas regresivas... me emociona ir tachando el día a día, el contar minutos, el ver los avances hacia el momento X.

Porque una cuenta regresiva no tiene que ser simplemente una espera pasiva, una cuenta regresiva puede ser un control de avances, una motivación.

Hay cuentas regresivas de segundos (como las campanadas de fin de año), de días (como en la que estoy metida rumbo a mi cumpleaños), de meses (como cuando planeas un evento grande como una boda, esperas un nacimiento) o incluso de años (como cuando alguien a quien quieres se va a estudiar a otro lugar, pero sabes que algún día volverá). No puedo decir que prefiera las cuentas regresivas cortas a las largas o al revés, todas para mi tienen ESA emoción que eriza la piel, acelera el pulso y corta la respiración cuando se acercan a su final.

Metas conseguidas, esperas terminadas, ilusiones alcanzadas.

Porque el éxito no es sólo llegar a la meta sino disfrutar el camino, nunca hipotecar el presente por un futuro incierto. La cuenta regresiva, a diferencia de la meta, nos permite saborear cada paso, cada pequeño avance, cada minuto, cada respiro. Ves 'el final' como aquello que te motiva para recorrer el camino, pero disfrutas cada checkpoint, cada hoja que le arrancas al calendario, cada segundo que ves pasar, y cuando estás por cruzar la meta en tu mente suena 

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martes, abril 05, 2011

Una semana

No entiendo a quienes se quitan los años, yo amo cada uno de los casi 34 años que estoy por cumplir. Y sí, me emociona que se acerque mi cumpleaños. Ciclos, una vuelta más al sol, un tomo más de mi vida, un nivel del videojuego.

Lo acepto, para mi las fechas guardan un simbolismo muy cabrón, cada año tiene sus 'checkpoints' en los que me permito hacer una pausa, analizar el camino y 'guardar la partida' rumbo al siguiente. La 'batalla final' de cada nivel se realiza justo el día de mi cumpleaños, el 'jefe' son los recuerdos acumulados y la idea es 'vencerlos' para poderlos hacer parte de mi vida, ligarlos íntimamente a mi. Buenos y malos recuerdos luchan hasta que los vuelvo un 'todo' manejable, un equipaje con el que me es cómodo viajar. 

Me preparo para la batalla de este nivel, sé que será perfecta, intensa, apasionada, difícil, divertida, pero como dijeron anoche en Sucker Punch "You are afraid. Don’t be. You have all the weapons you need."

Ok, sí, este post quedó muy influenciado por la película de anoche... y eso que no según yo ni me gustó tanto, no deja de sorprenderme la forma en la que la escritura me permite conocerme un poco más... a pensar en ello.

lunes, abril 04, 2011

Welly, welly, welly, welly, welly, welly, well.

 Viddy well, little brother. Viddy well.

 
I and my so-called droogies
Temporada de festejos formalmente inaugurada. Renté una salita privada de cine y el sábado invite a unos droogies a ver A Clockwork Orange. Sin duda es una de mis películas favoritas pero nunca la había visto en nada más grande que una televisión, así que digamos fue un festejo sumamente especial. "It's funny how the colors of the real world only seem really real when you viddy them on the screen."

La eterna discusión acerca del libre albedrío volvió a mi mente. Estamos tan acostumbrados a poder elegir que ya ni notamos la fuerza que el hacer una elección tiene. Y no hablo únicamente de las grandes decisiones de la vida, me enfoco más en esas pequeñas elecciones que hacemos de forma automática y que a lo largo de nuestra vida nos van definiendo y formando muchas veces sin darnos cuenta.

Muero de pena por el baño en vino
No creo en un mundo de buenos contra malos, amo la complejidad de los individuos para mezclar en una sola mente bondad y maldad de forma tan irrepetible y única que esa mezcla se convierte en la esencia de cada quien.

La libertad de elección es la auténtica libertad, acertar o cometer errores, pero hacerlo porque seamos nosotros quienes así lo elijamos. ¿Qué chiste tiene ser 'bueno' si no tenemos la posibilidad de ser 'malos'? No hay virtud sin elección. Se habla mucho de valores 'universales', a mi me parece chocante el término, no hay nada universal, en todo caso serían valores 'culturales'. Pensar que, por poner un ejemplo simple, orientales y occidentales compartimos un conjunto de valores universales es una reducción ridícula. Incluso valorando 'lo mismo' los motivos que nos llevan a apreciarlo suelen ser distintos.

Siempre una plática fenomenal
Para entender lo qué se valora es indispensable entender el por qué. Y es justo aquí donde tuerce la marrana el rabo, porque muchas veces a duras penas entendemos el por qué valoramos nosotros algo como para venir y entender las motivaciones de los demás. Entonces damos por hecho que todos van a valorar las mismas cosas que nosotros, de la misma manera y por los mismos motivos, en ese marco repartimos juicios, condenamos o perdonamos, hacia afuera, sin entender, sin que nos interese siquiera conocer un poco más allá.

Ya es uno de mis consens
¿Toda la violencia es mala? El mundo es un lugar hostil, para sobrevivir algunas veces hay que reaccionar violentamente hacia algún peligro. Existimos algunos que somos más explosivos y viscerales que otros. ¿Qué pasa si estuviéramos impedidos a reaccionar de ese modo? ¿Cuánto tiempo sobreviviríamos? ¿Cómo puede alguien externo poner mis límites sin conocer mis circunstancias? ¿Eso podría ser llamado vida? 

¿Hablaba yo de personas favoritas?
Y esto lo extrapolamos a todas las aristas del carácter. Hemos sido moldeados por nuestra historia, somos lo que hemos sido, como dice en su blog la vieja cabrona de Dana Corres "Causa y efecto"... elecciones, elecciones y más elecciones. Tal parece que cerca de mis 34 años tengo un radar para todo aquello que me hable de la importancia de las elecciones y del poder que tenemos sobre ellas. No hay coincidencias, no existen las coincidencias.

No coincidences
Lo cual me lleva a otro hilo. Ayer vi V for vendetta. Era otra de las películas que competían por ser las elegidas para proyectarse el sábado en mi festejo. Básicamente perdió porque ésta sí la había visto en pantallota. Y me sigue retumbando en la mente la frase: "There are no coincidences, Delia... only the illusion of coincidence." 

Todas las 'casualidades' que han estado presentes en mi vida los últimos meses me han llevado a redescubrir grandes cosas, a volver a escribir con pasión, a regresar a mi cámara, a volver a ser un poco más lo que nunca deje de ser pero había olvidado... un maravilloso descubrimiento... serendipia.

Gracias por hacerlo posible
He hablado mucho de lo simbólico que es este cumpleaños para mi... y todo se va acomodando como debe ser. Estoy disfrutando de los últimos días, gozando cada detalle que descubro, buscando 'señales' como si fuera parte de un rally cuya meta son los 34. Así, al cruzar la meta debería de ampliarse ese horizonte, debería de descubrir un mundo nuevo, ver las cosas como nunca antes. Porque hoy yo también soy mejor persona de lo que era hace unos meses, porque he descubierto en mi algo que creía perdido.

Creo que sólo me resta agradecer a quienes me acompañaron el sábado SuperIU y Theegirl, ElAhui, Artasanchez y Cholaholic (dobles gracias amé la Alice y el vino), DrReneMD (gracias por la Alice, no tiene un gramo de madre), Jacksparrintong (gracias por la película ^^), Andypolo1 y su marido, Anipeto y Vanchamarch, Bulletproofdork, FridaLeona y su galán, Lobatio y su esposa, Rolanddt, Bitalicious, Sr_LuisEnrique, Darthcrowley y su galana. Neta droogies, sin ustedes no hubiera sido ni la mitad de chido el festejo :D

Initiative comes to thems that wait.

viernes, abril 01, 2011

Alletta como jacaranda en flor.

Cuando las jacarandas pintan suelo y cielo de magnífico morado y su perfume invade la ciudad es momento de prepararse, de detenerse un momento y recordar: ¡YA VIENE MI CUMPLEAÑOS!

El mundo debe amarme para obsequiarme cada año con los más hermosos árboles en flor. Porque ustedes no lo saben, pero todas las jacarandas de este mundo me pertenecen... me pertenecen y yo les pertenezco.

De ellas robe el andar jacarandoso, el donaire, la desenvoltura. Porque nada provoca más suspiros que sus flores acariciándome cuando se apresuran al suelo. Las jacarandas me aman pues, cual galantes caballeros, me ofrecen su capa de flores para que pase sobre ella. Me aman y yo las amo.

Sus flores como lágrimas, como caricias, como suspiros, como recuerdos. Su aroma que se me clava en el alma, en la memoria, en los anhelos. Su color que me embriaga, que me acompaña y no me abandona, sus ramas secas después de haberlo entregado todo.


Píntame de morado
Píntame de morado, 
regálame sólo un día, 
que esta historia es efímera, 
efímera pero eterna.

Píntame de morado, 
y en un día entrégalo todo, 
que no quedarás vacío, 
quedarás al lado mío.

Píntame de morado, 
invádeme con tu aliento, 
embriágame con tus besos, 
de flor apuntando al cielo.

Píntame de morado, 
y luego déjame sola, 
que sola me quedo contigo, 
solos... flotando en el tiempo.