Anoche recibí un comentario en el post de las cuentas regresivas que me ha dejado pensando, y como yo pienso mejor por escrito me lo voy a traer y luego de eso armo el post de hoy.
Luis E dijo...Me gustó, sin embargo, siento que faltó poner la contraparte, las cuentas regresivas en las cuales procuras por todos los medios llegar al punto 0. Desde lo más banal como podría ser un periodo vacacional, un domingo, etcétera, llegando a momentos como el saber que estás con la persona que amas por una última vez, y saber que en realidad es una última vez y un último día y unas últimas horas. Y esto puede ser por muchas razones, por mutuo acuerdo, por diferencias de planes, viajes con boletos de ida solamente y hasta una muerte anunciada.
Perdona que haya venido a amargar así tu post, supongo que es mi mood de esta noche =/.
Pero independientemente de mi embarradota de lodo, me gustó mucho esto que escribiste.
Personalmente no suelo hacer cuentas regresivas para que termine algo que disfruto, ¿perder mucho/poco tiempo que dure algo bueno pensando en su final? Los fines de semana, las reuniones con amigos, las vacaciones, etc. se disfrutan sin pensar en el tiempo que falta para que terminen... en especial cuando has hecho una cuenta regresiva para llegar a ese punto.
Ahora el tema de las últimas veces. Siempre he pensado que es mucho más fácil planear las primeras veces de algo, una primera cita, un primer beso, un primer viaje a algún destino; la cosa es que no es así de fácil planear una última vez... vamos, ni siquiera reconocerla para esperarla.
Gandalf dice: "Ni el más sabio conoce el final de todos los caminos". Y esa se ha vuelto parte de mi filosofía de vida. Podemos despedirnos, alejarnos, dar asuntos por acabados, pero en el fondo no sabemos si en verdad es "la última vez".
"La última vez" por lo general nos sorprende después de un tiempo, justo en el momento en el que volteas y piensas: "si yo hubiera sabido que ESE era el último beso que iba a darle lo hubiera tomado con calma, lo hubiera visto a los ojos, lo hubiera hecho eterno".
Aún con muertes anunciadas no podemos crear cuentas regresivas, no conocemos el instante preciso de la muerte, así que la espera es la agonía de la incertidumbre, siempre pensando que cada momento puede ser el último y no dándonos cuenta que en verdad era el último hasta que ya pasó.
Siempre podemos planear un comienzo, por lo general los finales nos sorprenden sin que los veamos venir. Podemos saber que están cerca, pero no el momento justo en el que van a ocurrir.
Por otro lado los únicos finales definitivos que existen vienen con la muerte, hasta que los protagonistas mueren no podemos dar por terminada su historia, nunca sabes las vueltas que puede dar la vida y la forma en la que personajes de tu pasado que creías completamente fuera de tu vida pueden regresar... con otros roles, formando nuevas historias.
Quizá sea tonto pero pienso que los únicos adioses se dan en los funerales... y el otro nunca podrá escucharlos, hasta ese momento son simples "hasta que nos volvamos a cruzar, mañana, en años, o nunca jamás".
1 comentario:
Por supuesto, estoy de acuerdo. Además, hacer cuentas regresivas no haría más que distraer de lo único que es verdaderamente importante: el presente en el que está ocurriendo lo que sea que está ocurriendo, y que durará lo que tenga que durar. Todo es perecedero, eso es un hecho, pero eso no implica que tenemos que obsesionarnos con la duración de las cosas bajo la falsa apreciación de que las consideraremos más. Y es que en el futuro está la angustia... Lo que será o no será. Mejor tomemos lo que está aquí y experimentémoslo al máximo, sin distracciones. Lo demás, no está en nosotros,
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