Ayer me llegó la notificación de un nuevo comentario a un post anterior. Supongo que por todo lo que ha pasado en los últimos meses me dejó pensando, así que decidí darle respuesta en forma de post, para extenderme lo que sea necesario.
vizarto dijo...
No te haría daño que confiaras en un Dios (Dios, no religión); las personas en general piensan que apoyarse en un ser omnipotente es signo de debilidad, o de que asi no pueden demostrar su valía, se preguntan: ¿como saber si brillo si me apoyo en alguien mas?, pero si se piensa de otra forma: ¿como saber si brillo por mi mismo o un ser superior me permite brillar? Cuando ya no tenemos nada que perder es el momento oportuno para "probar" un poco de Dios.
La forma en que escribes es diferente. Me gusta como lo haces. Saludos.
Pues lo primero es agradecer el cebollazo ^^ siempre le sube a una la moral que alguien diga que le gusta como haces algo que disfrutas hacer.
Ahora viene la parte compleja de la respuesta. Supongo que para quienes me 'conocen' sólo virtualmente es un poco más complicado darse cuenta de algunas cosas, incluso a mi gente del 1.0 se le complica entender mucho de mi. Y es que tampoco es que yo vaya por el mundo contando mi historia... suelo ser muy reservada con algunos episodios y a otros los he relegado al cajón del olvido.
Para el observador casual, incluso para quien me conoce en persona hace menos de 15 años, puede parecer que he siempre he sido una persona ajena a cualquier tipo de religión o creencia en un ser superior (que el monesvol no me escuche), pero nada más lejano a la realidad.
Hasta la prepa siempre estudié en colegios con fuerte carga religiosa, católica específicamente. Recuerdo que cuando era adolescente y comenzaba a darme de topes contra la realidad decidí 'probar' un poco de espiritualidad en mi vida.
No puedo negar que es muy tentador el concepto de un ser superior, que todo lo puede, todo lo ve y que todo ocurre de acuerdo a un plan divino. Abandonarse en tu dios cuando has agotado las opciones debe ser liberador de algún modo. Pero no, yo simplemente no puedo hacerlo. No creo en planes divinos, en seres superiores, en coincidencias.
Todo lo que somos es consecuencia (a veces no tan obvia) de las decisiones que tomamos en algún momento. El problema es que nuestra visión del mundo está limitada a nuestra despreciable estatura en comparación con lo que es EL MUNDO. Yo no puedo alcanzar siquiera a imaginar el alcance de cada uno de mis actos (y que bueno, debe ser abrumador pensar en eso cada instante), no puedo entender como mis acciones impactarán no sólo en mi futuro, sino en el de quienes integran mi entorno.
Yo llego y vomito en este espacio mis letras, mis ideas, a veces mis temores o mis alegrías. Un día alguien decide leer lo que escribo, le gusta o le divierte, pasa a menudo, comienza un intercambio de ideas, se va creando una relación y nadie sabe hasta donde llegará. Podría pensarse en el destino, en un plan superior para poner a alguien en tu vida, pero yo creo que es simplemente la consecuencia de un día decidir decir algo más.
Muchísimas personas han influído en mi vida, algunas lo saben perfectamente, otras jamás se enterarán. Pero de eso se trata la vida. No creo que estemos representando el guión de un ser superior, creo que cada quien va escribiendo su historia, con lo que tiene, con lo que se atreve, con lo no permitió que el mundo le robara.
Si existiera un ser superior, que es perfecto, omnipresente y omnisciente no creo que permitiera que su creación fuera la chingadera que es. Yo que no soy ni perfecta, ni omnipresente ni omnisciente trato de que mis 'creaciones' sean lo más perfecto que pueda lograr, lo mejor que la limitación de mis habilidades lo permita. Si existiera un ser superior una de tres: o no es tan perfecto o no es tan poderoso o simplemente tiene un sentido del humor más retorcido que el mío.
No creo en el 'las cosas pasan por algo'. Claro, a toro pasado nos damos cuenta de que (si lo supimos aprovechar) en cada desastre hubo un aprendizaje, pero no creo que TENGAMOS que pasar o superar algunas pruebas, que la vida no es un videojuego, ¡carajo!
Hay momentos en los que desearía simplemente apagar mi cerebro y creer. Abandonar mis problemas y mi dolor en manos de un ser superior que me dará la respuesta en el momento preciso... pero no, la realidad es que sólo yo puedo encontrar mis respuestas, solucionar mis problemas y enfrentarme a mi mundo. Pues en el final sólo somos cada uno de nosotros y nuestros demonios. Y claro que podemos vencerlos, después de todo nosotros los creamos, la cosa es que nos atrevamos.
Gracias Vizarto por el pie de post ;)