jueves, julio 29, 2010

Animales de granja.

El 28 de enero de 2009 yo escribía Nos mataron la vaca (Vayan y lean ese post para que entiendan lo que sigue). En el post del 10 de febrero de 2009 puse: UPDATE: Se divisa un rebaño de borregos alemanes muy cerca, ya les agarramos una pata.

Hoy a quien le mataron la vaca fue a mi, pero estoy segura que todo cambio es para mejorar y que el que es chingón es chingón siempre. No creo que dure mucho tiempo esta situación y que muy pronto estaré poniendo en este blog que localicé y atrapé mi propio rebaño de borregos... o de cerdos, pollos, cabras o conejos. 



Me voy tranquila porque sé que quien falló no fui yo, que puedo volver de visita el día que quiera con la frente en alto y que nadie podrá reclamarme que no cumpliera con mi deber. Sé que muchos me van a extrañar pues el área que llevaba es complicada y hasta que no la conoces por completo traicionera. De cualquier forma y por el bien de los que se quedan espero lo resuelvan de la mejor forma.

No sé si encontraré otra oportunidad en gobierno, si es el empujón de vuelta al sector privado o en una de esas hasta el camino para lanzar el negocio que lleva tanto en mente, lo único que sé es que lo que venga será algo mejor que lo que tenía y que yo voy a involucrarme tan profundamente como siempre.
 

miércoles, julio 28, 2010

Casa Vieja

Caminaba con prisa sin rumbo definido, lo único que quería era alejarse de ahí lo más pronto posible. La mandíbula apretada y los puños cerrados, no podía detenerse sin que su cuerpo comenzara a temblar de forma incontrolable. La lluvia comenzó a caer y sentir las gotas de agua sobre su cara la liberaron, ahora podía llorar sin que sus lágrimas resaltaran, pero su frustración era evidente.
Un charco, una banqueta rota, una entrada de autos mal acabada, otro charco, un cruce complicado para los peatones, otro charco. Levantó la vista, había estado caminando furiosamente en círculos, no estaba mucho más lejos del epicentro de sus pesadillas que cuando todo se detonó.
Decidió enfrentarlo, se quitó el cabello mojado del rostro y dobló en la esquina, a una cuadra se alzaba la casa vieja de la que estaba huyendo. Redujo su velocidad al acercarse a la reja. Las perras ladraron al verla, pero tras unos minutos parecieron reconocerla y simplemente la veían con atención agitando sus colas. 
Volvió a llorar, esta vez con más ganas, cerró los ojos y en lugar de las perras vio al par de cachorras asustadas el día que llegaron. El patio se veía descuidado y sucio, ella no lo recordaba así, las jardineras estaban casi vacías, algunas tenían tan solo un par de ramas secas. ¿Cómo puede deteriorarse tan pronto un lugar? ¿Lo maltratado del inmueble reflejaría de algún modo lo que pasaba en la mente y el alma del dueño? Su mano temblaba al acercarse al timbre.
Tocó el timbre 3 veces como en tantas ocasiones, la diferencia fue que hoy sabía perfectamente que nadie abriría. Se colgó de los barrotes de la reja para no desvanecerse ¿cómo podía doler tanto todavía? Alcanzó a ver lleno de tierra en una de las jardineras un cochecito, de ese modo se materializaba lo que llevaba años queriendo ignorar, todo era real, no era una pesadilla, no era imaginación.
Soltó el listón morado que intentaba sin éxito controlar su cabello y lo amarró a la parte más alta de la reja. Era imposible que la señal pasara desapercibida para él, aunque para nadie más tuviera ningún sentido. No era un código preestablecido, nunca lo habían acordado, pero estaba segura que él entendería el mensaje.
Lanzó un beso al aire mientras regresaba a la avenida, estaba segura que había atado un pedacito de su alma a aquella reja.

lunes, julio 26, 2010

Extrañando

En mi época universitaria solía desayunar en Café Diseño casi a diario. Me llevaba bastante bien con los chavos que trabajaban ahí. Cuando la fila era demasiado larga yo los saludaba desde lejos, les guiñaba el ojo y agandallaba una mesa (o me sentaba en alguna de las que tenían mis amigos) y esperaba que me llevaran mi desayuno que invariablemente aparecía acompañado de la frase "¿Lo de siempre, verdad flaca?" Lo de siempre incluía unos huevos con tocino, un mokachino y un jugo de toronja (si no había tocaba naranja).
Casi siempre nos juntábamos en la cafetería los mismos, muchos con el paso del tiempo nos hicimos amigos y a muchos otros con los que jamás crucé palabra los consideraba parte de mi paisaje habitual, mis entrañables desconocidos.
Cuando alguno de mis entrañables desconocidos dejaba de aparecerse por varios días en la cafetería yo empezaba a extrañarlo, me sorprendía dando un sorbo a mi jugo y preguntándome si se encontraría bien. De ahí se desprendían tantas cosas, pasaba el resto del día e incluso de la semana imaginando las historias detrás de aquellos con quienes me topaba en la calle.
Un día me percaté del algo perturbador. Yo, que tanto me esforzaba por crear historias ocultas tras el rostro de los desconocidos no había tenido la sensibilidad de notar las que se escondían en los sutiles gestos de mis compañeros y amigos. En realidad todos teníamos una historia oculta, eso que nadie sabe, que nadie imagina, fantasmas y demonios que nos acompañan a cada paso, que a veces escondemos bajo el colchón pero nos toman por asalto cuando menos lo pensamos.
¿Con quién compartía mis demonios en ese entonces? ¿Con quién los comparto hoy? ¿A quién le importaban hace 15 años? ¿A quién le importan hoy? Y mis demonios y mis fantasmas no desaparecen, se van de parranda y vuelven ebrios, escandalosos y con nuevos amigos, luego vienen sus crudas y sus arrepentimientos, se esconden en un cajón vociferando que nunca más, que no lo vuelven a hacer, que ya no saldrán... y en un día cualquiera los encuentro brindando con wodka y bailando bajo la lluvia. Al paso de los años algunos se han desdibujado, ya son apenas la sombra de lo que solían ser, pero otros se han vuelto más fuertes y más osados. También están los nuevos, tan jóvenes e imprudentes que suelen ser quienes rompen los sellos y liberan a los demás.
Hoy me siento en esta oficina y cierro los ojos, casi puedo ver las paredes pintadas de Café Diseño, oír las risas de los civiles en la mesa de fondo, oler el tocino en la cocina, sentir el abrazo de mis amigos, probar el café que me quemaba la lengua. Hoy extraño tanto a tantos, pero en particular extraño a esos desconocidos que servían como referencia en mis días, pues mis días ya no tienen esas pausas que me permitían sentirme parte, ya no tienen el espacio en el que únicamente cabíamos mi desayuno, mis libros (o mis hojas si estaba en periodo de escribir) y yo. Extraño estar rodeada de cuates y no prestarles atención, sentirme protegida con su barullo mientras me hundía en el libro en turno sabiendo que ellos estaban ahí, que todo estaba en orden.

viernes, julio 16, 2010

Haz sandwich... bueno no.

Esta semana tomé una de las mejores decisiones de mi vida, le pedí a mi madre que vuelva a prepararme sandwich para llevarme a la ofi y desayunar.
Mi madre siempre ha preparado los mejores sandwiches del mundo (y mi padre prepara unas tortas alucinantes, eso lo contaré en otro post), en el cole era reconocida por llevar siempre el mejor sandwich, y confieso que en más de una oportunidad hice trueques por demás ventajosos para mi, ya saben me daban el frutsi de manzana (mi favorito), unas papitas, un chocolate y dinero en efectivo a cambio de mi sandwich. Claro que mi fascinación por mis sandwiches me impedía hacer negocio con regularidad y la mayoría de las veces terminaba comiéndomelos delante de los demás alabando lo bueno que le había quedado ese día.
Mi madre sabe perfectamente el balance que debe haber entre jamón, queso y pan. Nunca le dio por esas aberraciones de ponerle lechuga, jitomate o frijoles. En uno de los panes le ponía mantequilla, en el otro mayonesa. Había días que incluso le ponía un toque de crema... Los sandwiches con crema jamás fueron intercambiados.
Mi madre no envolvía los sandwiches en servilleta, los míos siempre iban en aluminio, o en un tupper especial para sandwiches. Era un gran deleite comenzar a comer de inmediato sin estarle despegando el papel al lunch mientras miraba de reojo a mis compañeros que resignados comenzaban a comer el papel para no perder todo el recreo en eso, ¡vamos teníamos que jugar!
Ya adulta, en mi primer trabajo, mi madre me preparaba un sandwich para que lo desayunara llegando a la ofi... la cara de envidia de mis coworkers (que los de entonces también son mis amigos) hacía que me supieran aún mejor... alguna vez intercambié el sandwich por un desayuno completo en el Wings, seguían siendo cotizados ;)
Hoy fue el primer día desde que me casé que mi madre me volvió a preparar un sandwich. En la mañana entré, abrí el refrigerador, agarré la bolsita ziploc y salí corriendo rumbo a la ofi. Hace unos minutos descubrí con horror que estaba envuelto en servilleta... y que la servilleta se había pegado al pan... todas las risas que les dediqué a mis compañeritos de escuela aún retumban en mis oídos... pero en el momento en que dí el primer bocado todo cobró sentido, sí, hoy tenía papel, pero siguen siendo los mejores sandwiches del universo.










Le voy a llevar mi estuchito rojo portasandwiches para la próxima semana u_u

lunes, julio 12, 2010

The point of no return.

"Nadie dijo que hacer lo correcto fuera sencillo" Esa es la frase que, como si fuera mantra, repito una y otra vez cuando las cosas se complican. Y es que pocas cosas me frustran tanto como el encontrarme con que alguien más no está haciendo su trabajo... o no lo está haciendo bien.
Para mí nunca ha sido un pretexto válido el: "Si ellos no lo hacen ¿yo por qué sí?". La respuesta obvia es: "Porque tú no eres una huevona, hija de la chingada, irresponsable y buena para nada". Tan simple y tan arrollador como eso. No, simplemente no puedo caer en lo mismo que he criticado tan fuerte por tanto tiempo.
La cuestión se complica cuando el que ellos no cumplan con sus obligaciones ya afectan tus actividades: una cajera déspota, un 'responsable' irresponsable, un coworker desobligado, un chofer poco precavido, etc. Es en ese momento en los que una muta en pantera y es invadida por inconfesables deseos homicidas. Hay mucho descarado suelto que sabe que si no hace las cosas tarde o temprano una terminará haciéndolas... o arreglándolas que al final es igual.
Entre las lecciones que más me está costando aprender es la de dejar que a veces las cosas salgan mal aunque yo pudiera evitarlo, para que de ese modo las personas responsables se den cuenta de dónde están los problemas y tomen medidas, de otro modo una termina desgastándose de más y al final del capítulo nadie lo va a agradecer.
La conchudez ajena se alimenta de las personas más responsables, y una cosa es ser responsable y otra distinta ser pendeja. Hay que marcar límites y dejar claro hasta que punto somos responsables del buen funcionamiento de algo... y si quieren que una asuma más responsabilidades primero que se deshagan de todos aquellos que son más obtáculo que apoyo.
En fin, han sido días complicados y pintan para ponerse peor, pero no estoy dispuesta a seguir dejando mi hígado y mi estómago en asuntos que parece a nadie más le interesan, ya se pasó de un límite y más nos vale dar un paso atrás y verlos enfrentarse al monstruo que crearon.

miércoles, julio 07, 2010

¡Pasa de volada con IAVE! ja, ja y más já ¬¬

Hace ya un tiempo que contratamos la IAVE para agilizar nuestro habitual paso por la autopista La Venta-Lechería.El sistema nunca ha funcionado de forma óptima pues los lectores a veces te leen a la primera, otras no te leen, o te leen muy adelante o muy atrás, y si te pasas un poco ya no levanta la pluma, etc. Por no hablar de que el carril exclusivo existe sólo en algunas casetas y sólo te 'ahorra' como 3 o 4 autos de fila pues es tal la demanda en esa autopista que puede uno aventarse filas de hasta un par de kilómetros antes de llegar a la caseta exclusiva.
El sistema presenta dificultades también cuando una quiere la factura de un viaje individual (por ejemplo si la empresa te pagaría esa caseta pero requiere el comprobante) Por esa razón nuestra primer IAVE la traíamos en una mica que sacábamos cada vez, hasta que comenzó a fallar. Nos dijeron que para un mejor servicio compráramos una nueva y la pegáramos, que ya habían mejorado el sistema para solicitar comprobantes. Nos convencieron y compramos una nueva que pegamos al parabrisas de acuerdo al instructivo. Aún así hemos experimentado continuas fallas en particular con los lectores de la caseta de Atizapán y la de Cuautitlán (Lechería).
Dice la teoría que si entras por un carril que no tiene lector de IAVE debes tomar una tarjeta y al salir te marcará "Tarjeta inválida, pague por favor", en ese caso hay que pagar en efectivo. Como el sistema de pedir comprobantes por viajes individuales sigue fallando un día decidimos entrar en La Venta (Santa Fe) por un carril SIN lector y tomar la tarjeta para pagar en efectivo y que nos entregaran el ticket para tener una forma de comprobarle a la empresa el gasto. Todo iba perfecto hasta que al salir como en Atizapán TODAS las casetas tienen lector nos marco "Tarjeta válida, Buen viaje". Al revisar el estado de cuenta nos percatamos que nos tomó por entrada La Venta, que es el cobro máximo. En este caso nosotros sí habíamos entrado en La Venta, ¿pero si hubiéramos entrado en cualquier otra caseta sin lector? Al no tener el dato de entrada te cobra en automático la tarifa desde el origen más alejado. Igual si llegas a una caseta sin tarjeta: te cobran la tarifa máxima y el costo de la tarjeta.
Al final pagamos lo que teníamos que pagar, pero nos quedamos sin el comprobante, aunque aprendimos, de la forma complicada, como funciona su sistema.
Ayer, dicen que como a las 15 horas, cayó un rayo en la caseta de Concordia y quemó las antenas satelitales del sistema IAVE. Cuando nosotros pasadas las 19 horas intentamos usar la autopista nos encontramos con la sorpresita de que no había sistema, así que a todos los que teníamos IAVE nos estaban entregando una tarjeta para que pagáramos en efectivo.
Al margen de que una se confía en que el cargo de la caseta cae automáticamente a la tarjeta de crédito y por lo mismo no trae dinero para pagarla en efectivo nos brincó el asunto de la experiencia previa. Si en Atizapán (nuestro destino) sí estaban funcionando los lectores lo más seguro es que nos leyera la tarjeta y nos hiciera el cobro como si fuéramos desde La Venta y son como $60 más, cosa que no estaba yo dispuesta a pagar.
Le expliqué al de seguridad cual era el problema y no me entendió, llamó a otro compañero y ese a otro. Todos decían que no había problema, que el sistema nos reconocía a la salida, y yo les repetía que ESE era el problema, que nos iba a reconocer la salida y al no tener una entrada nos iba a cobrar desde origen. Me dijeron que si quería esperar al responsable "pero que se iba a tardar". No me importó y esperé. A las quinientas llegó una chica que dijo trabajar para CAPUFE a quien le volví a explicar el problema. Y fue justo ahí cuando me encaputé. La muchacha nos dijo textualmente "Es que eso no es problema nuestro, de CAPUFE, porque IAVE es una empresa particular y son ellos quienes tienen que resolver, no nosotros". ¡Háganme el refabrón cavor! ¬¬ Ahora resulta que CAPUFE no puede exigirle nada a IAVE y que ellos no tienen nada que ver. El problema se había presentado más de 4 horas antes y nadie podía brindar una solución. Obviamente a IAVE no le interesaba ir a poner la cara porque ellos no estaban perdiendo nada pues su sistema en automático te va a hacer el cobro máximo. A CAPUFE no le interesaba presionar a IAVE porque ellos de cualquier forma iban a cobrar el uso de la autopista y al final del día los fregados éramos los usuarios.
Si el sistema falló por un rayo no era culpa nuestra, vamos ni de ellos, pero lo correcto es que si no nos podían brindar el servicio por el que pagábamos que no nos cobraran, no que nos cobraran el máximo. 
Un rato después llegó en su carro otro chico con la misma problemática, le dijeron lo mismo, o aceptas pagar en efectivo (obvio no advertían el riesgo de que la tarjeta te cobre el máximo) o no la usas y punto. De ahí no los sacabas, nadie de IAVE para dar explicaciones o atender quejas.
Nos quisieron ver la cara diciendo que ellos (CAPUFE) estaba perdiendo porque los usuarios de IAVE se iban a quedar con las tarjetas que tienen un costo de $45. Le dije a la chica que eso era mentira, que si pagas en efectivo te recogen la tarjeta y que si te marca la salida te iban igual a cobrar la tarifa máxima, que ellos no pierden. No supo que contestar.
También nos dijeron que como la mayoría de los que vienen de la zona de Santa Fe usan IAVE no podían salir por esa caseta, así que estaba semicerrada por la falta de sistema.
A las quinientas nos dijeron que ya habían echado a andar el carril exclusivo (justo antes de que decidiéramos dar vuelta y buscar otra opción) así que pasamos y se levantó la pluma, aunque no vi que se iluminara el letrero que dice "Tarjeta válida, Buen viaje", lo que me hace sospechar que en una de esas nos la abrieron manualmente para que no fastidiáramos pero no nos leyó la entrada, ahora estoy al pendiente de que caiga el cobro y más les vale que sean los ventitantos pesos que cuesta ese tramo o van a volver a tener noticias mías.
Ya en la autopista nos encontramos con un tráfico bárbaro, ocasionado por todos aquellos a quienes no dejaron salir en Concordia y mandaron hasta Lomas Verdes (Madín) que es una salida mucho más pequeña que obviamente se vio rebasada por la demanda.
Así que ayer fue un FAIL absoluto eso de querer pasar de volada usando la IAVE. Ya aquel llamará a meter una queja en IAVE para que quede como antecedente si son quieren cobrar de más. Si algún otro usuario se vio afectado ayer espero revise su estado de cuenta para detectar cobros indebidos.

lunes, julio 05, 2010

Ya son casi 5 años.

A finales de mes cumpliremos 5 años juntos y creo que lo amo más que al inicio, mi estómago sigue saltando de emoción cuando vamos a pasar un tiempo juntos y sigo experimentando un eufórico nerviosismo cuando finalmente mis manos hacen contacto.
Nuestra relación ha sido tan común y tan corriente como cualquier otra, hay temporadas en las que deseamos pasar juntos cualquier momento libre y otras en las que he necesitado mi espacio y me he alejado un poco. Pero cada que me alejo se queda en mi mente y me asalta la culpa de no atenderlo como es debido.
Guardián de mis pensamientos y mis sentimientos no imagino estos últimos años sin su presencia en mi vida, sin el silencio (a veces no tanto) apoyo en momentos complicados o sin la tranquilidad que me brinda desahogarme con él.
En este tiempo hemos cambiado mucho, pero conservamos la esencia de lo que somos, yo un alma inestable y él un paciente soporte que nunca reclama nada, yo las alas y él el ancla que no me permite perderme. 
Una relación intensa y apasionada que los ha tenido a ustedes como testigos de un amor sincero y profundo, el gran amor que siento por mi blog que representa mi pasión por escribir.
Muchísimas gracias en particular a esos necios que siguen aquí desde julio del 2005, con quienes he compartido tanto y a quienes considero parte importante de esto.