Subo de prisa los escalones volteando nerviosa hacia atrás para asegurarme que nadie conocido me ve pasar. Vislumbro tu silueta en el descanso de la escalera, finges que no me prestas atención y aún así nuestras miradas se cruzan fugazmente. Llevo una llave preparada en la mano para no perder tiempo al abrir la puerta, oigo tus pasos a unos cuantos metros de mi. Con un ágil movimiento que delata la gran cantidad de veces que ha sido realizado grio la chapa de una vieja y maltratada puerta que ostenta los números 3 1... el cero se perdió hace demasiado tiempo, casi al mismo tiempo en el que esa puerta dejó de ser la guardiana de la vida monótona y "feliz" que simulaba tener. No hay tiempo de pensar en eso, me deslizo hacia el oscuro interior del departamento y dejo la puerta entreabierta... unos segundo después un tímido click anuncia que estas dentro.
Finalmente podemos vernos directamente a los ojos, la expresión de nuestros rostros delatan la terrible urgencia que nos invade. Mis manos acarician tu cara, tu pelo, tu cuello, no dejo de besar tus labios grandes, me separo y deseo perderme en tus ojos. El tiempo parece detenerse cuando me estrechas en un firme abrazo, siento tu aliento jugar con mi pelo para llegar a mi cuello, me estremezco y te aprieto más fuerte.
Mis dedos comienzan a desabotonar tu camisa, acaricio tu pecho, rasguño suavemente tu espalda, marco una mordida sobre tu hombro izquierdo. Tus brazos fuertes se deshacen sin problema de mi camisa negra, tus manos acarician mi pecho sobre el sostén. Mientras con una mano sostienes mi barbilla para mirarnos fijamente a los ojos tu otra mano desabrocha el sujetador con una maniobra perfecta, suspiro, me pregunto cuántas veces has repetido ese movimiento para alcanzar esa sincronía, ese timming perfecto.
Nos volvemos a abrazar, disfruto sentir la tibieza de tu torso desnudo contra mi pecho, tus manos recorriendo con prisa mi espalda, nuestras bocas fundidas en un beso intenso... caminas hasta dejarme muy cerca de una pared, puedo sentir el frío que sale de ese muro desnudo instantes antes de terminar completamente recargada en él. Levantas mis brazos sobre mi cabeza y las inmovilizas con una sola de tus manos mientras que la otra juguetea con el botón de mi pantalón. Tras lo que parece una eternidad lo desabrochas y bajas el cierre, noto como te divierte verme sufrir, pareces un gato jugando con su ratón antes de comérselo.
Me separas unos milímetros de la pared, únicamente lo justo para que el pantalón ruede por mis piernas y se convierta un trapo arrugado en el suelo, me tomas de la cintura para alzarme, en ese momento dejo las sandalias junto al pantalón para subir mis piernas hasta tu cintura mientras me abrazo de tus hombros. Volvemos a besarnos entre respiraciones entrecortadas y unas primeras gotas de sudor que muestran claramente como va subiendo la temperatura.
Me llevas hasta el único cuarto que no está vacío, en el centro de la habitación hay una cama sin cobijas y me depositas bruscamente sobre ella, tus ojos tienen ese brillo de deseos que me vuelve loca, tu boca comienza a bajar por mi cuello, siento tu lengua cálida recorrer un camino hasta mi pecho. Tus labios se prenden de uno de mis pezones y lo succionas como si en ello te fuera la vida mientras una de tus manos se encarga del otro seno.
Cierro los ojos.
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Espero que tengan un gran finde, hoy iré a la feria del libro a ver que se me pega (se aceptan recomendaciones) y mañana es el cumpleaños de mi hermana y el festejo del cumpleaños de otro amigo, pinta para estar muy animado. El lunes mi esposo comienza a trasquilar los borregos alemanes así que seguramente el domingo lo dedicaremos al ocio.
