La relatividad del tiempo y la distancia

Anoche iba regresando de la nueva casita cuando pasamos por Valle Dorado. Un torrente de recuerdos invadió mi mente y me dió la inspiración para el tema de hoy.

Recordé que de pequeña cuando me llevaban al cine a Valle Dorado era todo un paseo, casi casi era ir a otro pueblo, una odisea completa. Ni que decir cuando fuimos al recién inaugurado Reino Aventura, recuerdo que nos despertaban casi de madrugada, nos arreglaban y nos trepaban al carro. El camino se me hacía eterno, creo que no encontraba diferencia entre ese largo viaje y el largo viaje a Acapulco. Una vez en el parque eso era otro mundo, el parque era enorme, tenía miles de juegos super extremos y yo corría emocionada de uno a otro.

En ese entonces la atracción más extrema era la Canoa Cracatoa que hoy me parece juego de niños. También recuerdo que mi mamá no nos dejaba subir solas a la Mansión de la Llorona porque los carritos no hacían alto total y nos podíamos caer (por favor avanzan a 1 km/h), muchos años me duró la idea y no intentaba subirme por eso jejeje.

Mi primaria es una casita adaptada, pero a nosotros se nos hacía enorme. Cada que volvemos nos sorprendemos de lo chiquitos que son los salones, los pupitres y el patio. Y como dice un amigo, es increíble pensar que todavía nos dábamos el lujo de correr.

Las vacaciones de verano eran eternas, nosotros a veces íbamos a Colombia, el viaje era larguísimo, pero llegábamos a unas casas enormes en las que yo me perdía, cada paseo eran verdaderas aventuras y en general no había cosa que no me sorprendiera.

Creo que con el pasar de los años hemos perdido un poco la capacidad de sorprendernos, además de que somos más grandes y vemos las distancias en relación a nuestro tamaño, pero no deja de ser interesante recordar como veíamos las cosas hace 20 años.

Ustedes tienen recuerdos similares?