Con todo el rollo de mi próxima boda viene también el tema de mi mudanza. Dejando de lado la flojera de revisar la cantidad de papeles que he acumulado con los años (toda mi vida, salvo pequeños periodos, he vivido en la misma casa) me invade un agridulce sentimiento de las cosas que puedo hallar.
Ayer empecé con mi rincón de librero... esa puertita corrediza que había sido hasta ayer celosa guardiana de un pasado cada día más lejano.
La mayoría de los cuadernos, libros y papeles que se encontraban ahí eran de mi último año de prepa y el primero de universidad. Me sorprendió toparme con escritos fechados el 4 de septiembre de 1995, vaya exactamente 10 años antes.
En cada papel, en cada cuaderno, una alletta adolescente se asomaba y me veía intrigada, a veces me cuestinaba que había pasado con ese sueño, o ese dolor. Otras veces reía conmigo al recordar momentos felices, o francamente ridículos.
Pero a veces, podía ver ese rostro adolescente mojado con tantas lágrimas preguntarme si después de todo valió la pena haber pasado por ahí.
Siempre me ha gustado escribir, y ahora esos escritos me gritan en mi cara quien fui, múltiples cartas jamás entregadas y algunas recibidas por amigos cuyo nombre se ha perdido en mi memoria. Todo esto me dió una clara idea de quién y cómo era yo hace 10 años.
Incluso puedo perfilar el momento y el motivo en el que tomé la desición de dejar atrás las ataduras, el qué dirán para abrir mis alas y ser libre.
Muchas noches en vela, bastantes litros de lágrimas y fuertes decepciones formaron a una mujer de la que estoy segura esa niñita se sentiría orgullosa.
Sé que a lo largo del proceso de mi mudanza me toparé varias veces con allettas del pasado que me harán cuestionarme si todo esto ha valido la pena, por lo menos a la de ayer le contesto que sí!
Otra cosa que me impresió fue ver tantas cartas pidíendo perdón por ofensas que juré que nunca olvidaría, tan graves eran que ninguna de las partes se atravió a ponerlo por escrito y me doy cuenta que hoy no recuerdo que pudo ser tan grave, no tengo ningún recuerdo al respecto.
Ya por último me di cuenta la importancia de este espacio, dentro de algunos años que regrese y lea lo aquí plasmado me daré cuenta cuanto he cambiado, y cómo todos los sacrificios han valido la pena.
Parece que mudarse es un interesante ejercicio de autoevaluación, una manera de darle sentido a la vida que hemos llevado, y un buen momento para hacer una pausa y reflexionar.
Estoy pensando que en estos días transcribiré un escrito de aquel entonces, realmente me sorprendió que sigue teniendo vigencia y que para ser una aburrida y superficial adolescente tenía yo una madurez bastante sorprendente.
4 comentarios:
Alettita....
Me has tenido cautiva con tus relatos... Admiro la facilidad que tienes de plasmar tus sentimiento. Felicidades!
Ojala que sigas encontrando mas cosas que te hagan recordar lo que eras para que sigas agradeciendo lo que eres. Ahh y sobretodo que nos transcribas alguna de tus historias.
Saludos!
Marlene :)
las mudanzas son muy pesadas y eso de sacar papeles y mas papeles que te recuerdan cosas te las hacen mas tardadas.. creo que el encontrar cuadernos y muchas cosas que nos recuerden la "juventud" adolecente. hace que te transportes a esas epocas.. y que bueno que consideras que la alleta chica. estaria orgullosa de la "alleta" de ahora...
pd. lo que de consideres que no te servira mas, es mejor que lo tires para no quedarte con tanta cosa. y tratar de dejar lo menos posible de mis cosas en la casa de mis papas.
recuerdos, y recuerdos esos que guardamos y que salen como cja ade pandora, mmm recuerdos.
La Aletta de hoy, tambien es una aletta joven que se cree muy madura, pero que dentro de 10 o 20 años leerá cosas, tal vez este blog y exclamará ahhhhhh cuando yo era casi una niña.
Suerte en todo Aletta, sigue viviendo la vida, todas las etapas son bellas
Publicar un comentario