sábado, febrero 12, 2011

Yo no quiero olvidar.

Nunca he sido de esas que dejan ir las cosas, me vale madre que todos me repitan una y otra vez que hay que dar la  vuelta a la página y dejar el pasado atrás. Si atesoramos buenos recuerdos ¿por qué no hacerlo también con los malos? Después de todo, muchas veces son precisamente los malos momentos los que dejan una huella más profunda en lo que somos.

Reconciliarme con mi pasado no es pretender que no existe, ni que las cosas que algún día me lastimaron dejen de doler. Significa simplemente poder seguir adelante y darme la oportunidad de regresar y manosear esos recuerdos de vez en cuando, con lágrimas incluídas si se presta la ocasión. Eso sí, que sea yo quien decida sacar los recuerdos de vez en cuando a que les de el aire y no que sean ellos quienes me ataquen por sorpresa una noche cualquiera.

Yo no quiero 'superar' mi pasado, quiero tenerlo a mano, usarlo de referencia, no para volver a él sino para entenderme hoy e imaginarme mañana. Si en la escuela nos obligaban a estudiar historia para entender la realidad actual del planeta no veo porque no deberíamos estudiar nuestra historia para entender la realidad actual de nuestra mente.

Hay fechas que se nos graban en el alma, no importa si lo queremos o no. De pronto volteas, ves el calendario y te das cuenta de porque ese día despertarte sintiéndote distinto o eufórico o nostálgico.

Hoy para mi es uno de esos días que hace años intenté olvidar sin éxito y que ahora acepto con tranquilidad. 

Hace 15 años exactamente fue un punto de inflexión en mi vida, fue como si viviendo dentro de una burbuja de jabón de pronto estallara y todo se viniera abajo. Y de la escuincla dulce, tierna, ingenua y tonta no quedara nada. Fue tan grande el dolor que ya no buscaba quien me la hubiera hecho sino quien me la fuera a pagar.

Hoy volteo al pasado y me doy cuenta que esa ruptura de corazón desencadenó muchas cosas al pasar los años. Pero si pudiera volver a ese momento haría todo exactamente de la misma manera, entregaría mi alma sin recelo, sufriría tremendamente, cometería las mismas pendejadas después y terminaría siendo justo quien soy hoy, porque me caigo mucho mejor hoy de lo que me caía hace 15 años.

Al final del día vino a ser cierto eso de que destrozándote pueden hacerte mucho bien. Te forzan a reinventarte, a elegir lo que quieres conservar de lo que eras y a deshechar lo demás.

Hoy entiendo mejor las cosas que hace 15 años, el tiempo lo pone todo en su lugar. Hay personas que salen de tu vida pero nunca se van, por mi está bien, que se queden en mi mente con sus cosas buenas y sus cosas malas, que nunca se me olviden.

Porque lo único que queda al final son los recuerdos, porque al cabo de un tiempo la balanza se inclinó hacia todo lo bueno y por lo que fuiste, eres y siempre serás: "Stay here, stay tunned. Thanks."

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