Nada en su nick o en su avatar me hizo sospechar en un principio de su identidad, obviamente yo tampoco fui identificada, de la tímida, estudiosa, flaca, de lentes y apocada compañera del bachillerato poco se podía adivinar tras mi nueva apariencia, con un nick que disfrazaba mi nombre real y con un estilo de escribir más atrevido.
Así fue como inició la relación, casi sin darnos cuenta nuestros timelines se fueron mezclando, las bromas y las referencias eran cosa de todos los días. La confianza fue en aumento cuando los DM’s comenzaron a fluir, nadie –ni yo- hubiera podido adivinar como terminaría la historia...
¿Quieren saber como termina la historia? Pues visiten el blog de twitteras asesinas para enterarse, click AQUÍ
2 comentarios:
Un gran blog, un excelente relato mi querida.
Ya leí algunos muy buenos y otros también. De este tipo de iniciativas se trata esto. Un beso y un aullido para ti.
Yo me sigo resistiendo como gato boca arriba con el twitter, caray...
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