Fantasmas

Siempre pensó que su tipo eran los hombres bajitos, morenos, de mirada triste... nunca se le conoció un hombre con esas características.

Solía caminar descalza en el pasto muy temprano en las mañanas, decía que disfrutaba el frío rocio de la hierba entre sus pies desnudos.

Sus ojos se clavaban curiosos en cuanto rostro se topaba en su camino, contaba que le gustaba imaginar la historia detrás de esas máscaras que la gente usa para salir en público.

Una tarde sentada en la parte más alta de una barda/escultura escribió lo que su mejor amigo definió como su obra maestra, para ella eso significó que ya solo le quedaba ir en picada.

Empeño su sueños para alcanzar los ideales ajenos, guardó en un cajón la vieja libreta con esbozos de sus sueños, abandonó la maleta en la que cuidadosamente había empacado sus ideales y se dejó llevar por la marea de la rutina.

De pronto se convirtió en una grotesca caricatura de si misma, en un cascarón hueco que ya ni siquiera podía sentir pena de su historia.

Y como ella tantos entes poblan una tierra cada vez más desencantada...