Desempolvando el archivo

Para que no digan que amenazo en balde. Les comparto uno de esos escritos consentidos que han estado arrumbados por demasiado tiempo.

Abrir la carpeta donde los abandoné hace años fue un ejercicio intructivo y liberador. Algunos de mis escritos aún viven en mi memoria y con un poco de esfuerzo puedo recitarlos, pero la mayoría los había sepultado bajo una capa de situaciones cotidianas sin darles espacio para respirar.

A partir de ahora iré liberándolos poco a poco esperando toquen una parte de sus mentes y sus almas. Gracias por seguir aquí

¿Cómo es posible?

Te vi alejarte, con paso vacilante, mirada fija y sin voltear
Té vi perderte en el fin de la calle para no regresar
Té vi irte, no sé hacia donde, pero lejos de mí
Nunca pensé que fuera definitivo,
Que tu camino se aparta del mío,
Que tu sonrisa no volverá.
¿Quién tuvo la culpa? Ni tú ni yo,
Los dos fuimos víctimas, piezas movidas al capricho del azar.
Ambos luchamos con uñas y dientes contra
Ese monstruo llamado rutina.
Juntos tratamos de no alimentar con lágrimas
Al señor de la separación,
Pero fallamos.
Nos alejamos.
Y en esa noche, todo acabó.
Yo no lo entiendo, ¿cómo es posible?
Que si me amas, que si te amo,
Estemos lejos y nos movamos en distintos escenarios.
Que tu figura no pertenezca a mi paisaje.
Que el teléfono no tenga tu voz
Que los recuerdos sean lo único que queda de esta lucha
Y que te tenga que enterrar junto con aquellas
Ilusiones que formé.
Hoy, eso ya es ayer, y quizá mañana ya no duela
Tal vez llegue alguien más a una vida que te pertenecía,
Se instalará, pero ¡te lo juro! NUNCA te sacará.