...ésta SIEMPRE será tu casa...

Famosas y emotivas palabras vertidas de labios por todos los padres del mundo hacia sus retoños cuando éstos dejan el nido. Al menos nos las dijeron a mi y a mi marido.

No nos gusta depender demasiado de nuestros padres, pero con la ciudad de cabeza, sin gas en nuestra casa y los suegros de vacaciones acepté que quedarnos un par de días era una mejor opción que venir desde pueblo quieto bañándonos con agua fría.

Martes 21:00 hrs.

Llegamos con maletas, perro y toda la cosa a casa de los suegros. Sin problema mi esposo abre la reja que da a la calle, intenta abrir la puerta de la casa pero parece que está o trabada o cerrada con la chapa de arriba puesta (y nosotros sin esa llave) Pensamos que la muchacha que ayuda en la casa por error le echó esa chapa cuando salió. La esperanza de una velada viendo padrinos mágicos acomodados en la tumbona empieza a borrarse.

Martes 21:30 hrs.

Llegamos a casa de los abuelos de mi esposo buscando las llaves de repuesto que para casos de emergencia tienen ahí resguardadas. Con decepción descubrimos que sólo están las mismas pinchurrientas 2 llaves que nosotros tenemos. La certeza de que no veremos padrinos mágicos se hace más grande. Aparece la amenaza del baño con agua fría.

Martes 21:45 hrs.

Volvemos a casa de mis suegros para comprobar que la puerta no está atorada sino cerrada. Desde el jardín mi marido localiza una ventana abierta y decide entrar y buscar su llave para que podamos pasar la noche ahí. La esperanza de caricaturas y agua caliente crece en mi corazón.

Martes 21:50 hrs.

Histérica y con martillo y teléfono en la mano la muchacha aparece gritándo que un hombre quiere meterse a la casa. Al parecer uno de sus hijos vio al tipo intentando abrir la puerta. Suerte que no tocó la alarma vecinal.

Martes 21:55 hrs.

Las explicaciones. Argumenta que se le hizo tarde para salir y por eso decidió quedarse a dormir con sus dos larvas. La larva menor tiene pánico de mi angelito peludo y llora desde la cama de mi cuñado. La larva mayor ríe a carcajadas de la televisión. No puedo soportarlo, tomo mi celular y pido asilo en casa de mis papás. Definitivamente no vi caricaturas, pero al menos recuperé la opción de bañarme con agua caliente y dormir sin gritos de larvas.

No sabemos desde cuando se estaba quedando en casa de mis suegros, no sabemos si lo había hecho antes, no sabemos si pensaba decírselo a mis suegros. Lo que si sabemos es que después de todo esa casa no SIEMPRE fue de él y que le guste o no ahora tendrá que contarle todo a mis suegros... me muero por ver la cara de mi cuñado cuando sepa como usaron su camita jejeje