martes, enero 18, 2011

Idilio con mi libro.

El otoño había llegado a mi libro favorito que debido al paso de los años y a ser leído una y otra vez comenzaba a deshojarse. A pesar de tener otras dos ediciones prácticamente nuevas del mismo libro, cada que la nostalgia me atacaba volvía siempre al libro viejo y a punto de desbaratarse. 

En algunas hojas amarillentas se veían marcas de mis dedos llenos de chocolate, manchas de vino, un par de tenues rayas hechas con lápiz 2B, tinta de la pluma que se chorreo un día en la mochila, grasa salpicada de comer de prisa con él a un lado, lágrimas secas. El libro además de su historia contaba, para quien supiera leerlo, mi historia. ¡Cómo olvidar la vez que te lo aventé a la cabeza y cayó sobre tu mesa de noche derramando tu loción si el papel aún huele a ti!

Mi amado libro fue almohada, consejero, paraguas, parasol, servilleta, block de notas, ancla, velas... 

Hay pasajes que prácticamente me sé de memoria y de todas formas me emocionaba leerlos. Pero en particular la piel se me erizab cuando justo en la página 77 veía mis iniciales garigoleadas en una esquina. Ese libro me pertenece y yo le pertenezco. 

Recuerdo que torciste la boca la primera vez que lo viste, y aunque en ese tiempo yo vivía buscanto tu aprobación, aún así se convirtió en uno de mis favoritos. Ese libro estuvo mucho más cerca de mi de lo que ni tú ni nadie han estado jamás.

3 comentarios:

Petrus Angelorum dijo...

¿Cuál es ese libro?

Raro, yo también uso un lapiz 2B para marcar o hacer anotaciones a mis libros.

chilangoleon dijo...

ha=de=ser=el=principito

kase dijo...

y ke libro es???
dudo que sea el principito