jueves, octubre 28, 2010

En pie

Uno puede cometer muchos errores en su vida, puede darse el lujo de tirarla a la basura si así lo quiere, después de todo es SU vida.

Durante años me he equivocado intencionalmente, he sido capaz de ver la decisión correcta y aún así me lanzaba al error corriendo, con ojos cerrados y brazos abiertos. De algún modo retorcido pensaba que el sufrimiento que ello me podría ocasionar me 'purificaba'. 

Nunca fue mi intención herir a nadie en mi camino, estoy cierta que lo he hecho una y otra vez, de las peores formas posibles, pero al final, en el fondo a quien más lastimado siempre es a mi. Quizá eso sea difícil de entender para alguien que leyera esas líneas con el corazón destrozado, pero es cierto, completa y absolutamente cierto.

Nadie en este mundo vale un carajo, incluída yo por supuesto. No somos más que caníbales de almas, más preocupados por destruirnos unos a otros que por construirnos a nosotros mismos. No hay vida como tal, es un simple y llano camino hacia la muerte y como sabemos que eso es algo inevitable vamos arrastrando con todo y con todos a nuestro paso.

Saqueamos vidas, obtenemos de lo demás lo que necesitamos y después dejamos el escenario seco, desolado. Pero nunca conservamos nada, al mismo tiempo los demás están drenándonos, acabando poco a poco con nosotros, hasta que claudicamos, nos rendimos al sistema y nos conformamos con ver pasar las cosa de unos a otros, si tenemos suerte a través de nosotros.

Llevo meses navegando de una decepción a otra. Durante años pensé que lo tenía controlado, el día que mi grueso caparazón presentó una fisura no le di importancia, no entendí que era justo en ese punto en el que todo se colapsaría y quedaría expuesta y vulnerable. Pero no derrotada, nunca derrotada. Y voy a reconstruirlo todo, y no le permitiré a nadie la satisfacción de verme acabada. Me levantaré más alta y más fuerte que antes, haré cosas de las que nadie me creería capaz y brillaré. Y lo haré por mi, finalmente lo haré para mi, porque soy capaz de ello.

Siempre fui víctima de mi misma y de mis estupideces, nunca he negado un error, acepto mi responsabilidad y doy la cara. No me justifico, no defiendo lo indefendible, lo acepto. ME EQUIVOQUÉ, me equivoqué de una manera terrible y enfrentaré las consecuencias. Espero a que la vida me pase la factura, la recibiré como siempre con la frente en alto, porque tengo las gónadas de reconocer lo que hago bien y lo que hago mal, porque doy la cara, porque no busco pretextos. Porque SOY, y eso es más de lo que la gran mayoría de la estúpida gente tiene.

Sigo adelante, reconstruyo, reformo, no me lamento. Sigo adelante, como siempre sin importar desde donde. Sigo en pie, a pesar de la tormenta, más fuerte que antes y más sabia. Y las circunstancias no me destrozan, me podan. Hay algo que nada ni nadie me podrá quitar nunca, la certeza que se si no pueden arruinarme la vida porque ya la arruiné yo primero, no pueden más que usar mis errores en mi contra, pero yo sabía que eran errores y afronto lo que venga pues fueron decisiones libres. No soy mejor que nadie, sólo soy.


2 comentarios:

Exenio dijo...

.

vizarto dijo...

No te haría daño que confiaras en un Dios (Dios, no religión); las personas en general piensan que apoyarse en un ser omnipotente es signo de debilidad, o de que asi no pueden demostrar su valía, se preguntan: ¿como saber si brillo si me apoyo en alguien mas?, pero si se piensa de otra forma: ¿como saber si brillo por mi mismo o un ser superior me permite brillar? Cuando ya no tenemos nada que perder es el momento oportuno para "probar" un poco de Dios.
La forma en que escribes es diferente. Me gusta como lo haces. Saludos.