miércoles, junio 10, 2009

Del cajón de las historias jamás contadas...

El primer empleo remunerado que tuve fue en una compañía de seguridad privada, originalmente la oficina estaba en Iztacalco, pero muy poco tiempo después de mi ingreso nos mudamos a un simpático edificio de 4 pisos en la colonia Roma.

En las mañanas salía de casa con mi papá que me dejaba sobre Periférico a la altura de Reforma, ahí tomaba yo un micro que me dejaba en la esquina de la oficina. El maldito micro algunos día tardaba muchísimo en pasar, y en más de una ocasión me tocó tomar algún otro y correr, o de plano irme en taxi por lo tarde que se me hacía.

Todas las mañanas mientras esperaba al micro me entretenía viendo a la gente pasar, poco a poco nos fuimos haciendo 'conocidos'. Siempre los mismos, en la misma rutina, en algunos casos incluso logré determinar el 'saco de los lunes' de alguno, o la 'falda de viernes de quincena' de otra.

Pero entre todos aquellos entrañables desconocidos había uno en particular al que esperaba yo ver. Era un chavo más o menos de mi edad, con pinta de ejecutivo junior, bastante atractivo. Me gustaba verlos salir del estacionamiento de la plaza con la fruta de su desayuno en una mano mientras caminaba veloz hacia mi -bueno hacia su oficina, pero yo estaba en su camino xD- Al principio me limitaba a mirarlo, un tiempo después él comenzó a devolverme la mirada y la acompañaba con una sonrisa radiante. Así seguimos por semanas y meses, lo veía venir, nos mirábamos y sonreíamos y luego el pasaba e largo y yo seguía esperando, o pasaba justo cuando yo me subía al micro. Después de un tiempo a la sonrisa se le agregó un 'buen día'. Los días siguieron pasando cuando me dí cuenta habían pasado semanas sin que nos hubieramos encontrado, así como apareció se esfumó.

Nunca supe su nombre ni su historia, y no sé porque razón hoy me acordé de él.

Una dedicatoria especial a todos aquellos queridos desconocidos que me han acompañado a lo largo de los años, los compañeros de desayuno en la universidad, el señor de los jugos de la esquina y sus comensales en la Roma y en general todos aquellos personajes recurrentes en mi escenario.

10 comentarios:

pez dijo...

seguramente leyó en tu blog que te disgustan aquellos que perreamos en la oficina y en la vía pública y prefirió desaparecer de tu vida, jaja

observa que con este tema, tendrías tema para el blog durante los próximos tres años, nos describirías como sufriste, sufres y seguirías sufriendo, jeje

Juan de Lobos dijo...

Lo mejor de los tratos con desconocidos que permanecen desconocidos es precisamente la serie de hitorias que inventamos al respecto.
A mi que me gusta imaginar la vida de los cotidianos desconocidos, me uno a tu homenaje.

Aullidos y besos, muchos.

Exenio dijo...

Brindemos por tod@s ell@s...

jess dijo...

Shales se me hizo un nudo en la garganta.....

Recordé a un niño en especial.

Literalmente niño.

De esos flashes que la vida trae para nosotros, aparecen encantadoramente, para luego, desaparecer así como llegaron, sin previo aviso.

Por eso nunca hay que quedarse con las ganas de hacer, decir o dejar de hacer o decir.

Lindo día Alletta!

Workaholica dijo...

Jajajajaja

No tengo la capacidad ni de recordar a los que sí estuvieron en mi vida, mucho menos a los que simplemente pasaron por ahí....

El Alemán es implacable!!!

Besitos A

Kix dijo...

Oye qué buen tema, hay tantas personas que vemos a diario o casa cierto tiempo y de las que no sabemos ni su nombre! A mí me pasa con las personas que van a comer al mismo lugar que yo.

Angeek dijo...

Pues si W está cerca del alemán yo ya lo tengo encima pero sí me acuerdo de todos esos que personajes que estuvieron en mi vida . Si los vuelvo a ver los reconocería.

Space Panda dijo...

jeje muy bueno... a ratos más y a ratos menos, pero tengo la costumbre en esos espacios de ver a la gente a ver si encuentro caras conocidas, o al menos me entretengo imaginandome su vida, a dónde irá, qué hará, y como no influiremos en la vida de uno y otro pero un día nos cruzamos en el camino...

sí, hobby de tráfico...

Alletta dijo...

pez: no me disgustan los que perrean en la vía pública xD de hecho me resultan simpáticos -si el fulano en cuestión no es taan feo- de hecho tengo kilos de buenas historias al respecto :P

lobito: es maravilloso inventarles una historia, luego uno los idealiza y resulta que si los llegas a conocer te rompen la burbuja con un 'hola yo me llamo Torcuato' 0_o

exenio: 'salú'!!!

jess: chale ahora me hiciste pensar que pasaría 'si me hubiera atrevido'... luego pienso en el 'me llamo Torcuato' y me resigno xD

w: es que este 'pasópor ahí' mucho tiemo, más del que duraron muchos de los que si 'formaron parte de' xD

kix: ah si, cuando salía a comer esos también son entrañables desconocidos, una vez vi a una chavita en la fonda ahogada en llanto, ni la conocí, pero sentí feo :P

angeek: yo tengo memoria selectiva, me acuerdo de desconocidos, pero una vez me topé con un 'detalle' y no me acordaba de él :P casi me mata

space panda: lo mejor del caso es cuando te topas a viejos conocidos en periférico xD

Kyuuketsuki dijo...

Los desconocidos rulean. A veces sientes mas compañía de su parte que de tus cercanos (en algunos momentos de tu vida)...